A 14 días de que el PSOE elija a su nuevo líder, los militantes y dirigentes socialistas deberían reflexionar sobre cinco errores de bulto con los que, desde posiciones centrífugas y centrípetas, están ultimando el manual político de cómo hundir al gigante de la izquierda española en la democracia, el Partido Socialista Obrero Español, al que parecen haber diseñado una hoja de ruta de irreversible ocaso cuál PASOK griego o Partido Socialista francés.
Uno – La carrera de jaurías en la que se convirtió la recogida de avales ha proyectado que la fractura interna es tan profunda que no quisiera estar en el papel del ganador de las Primarias. Tendrá una labor titánica por delante, con remotas posibilidades de éxito, para arbitrar una pronta solución a un partido muy partido.
Dos – Es un hecho objetivo –y no una opinión- que Susana Díaz pacificó al PSOE andaluz tras una cruenta división entre griñanistas y chavistas. Los ejemplos de los otroras territorios impíos como Jaén y Cádiz así lo corroboran. Sin embargo, del bagaje de Pedro Sánchez –por culpa suya o ajena- no puede esgrimirse precisamente que haya mantenido al partido unido.
Tres – Los periodistas no somos ni socialistas, ni sanchistas, ni susanitas. Somos periodistas. Estoy harto de que unos y otros se cabreen reclamando más atención e incluso afeando que se entreviste a afines de las otras candidaturas. Con todo, estas ofensas o presiones a la labor periodística se quedan en rebotes infantiles de Peppa Pig si los comparamos con el proceder de algunos pigmeos socialistas que han traspasado líneas básicas de respeto en su relación con los medios.
Cuatro – Resulta descorazonador observar a socialistas abrazarse sin pudor a los argumentarios populares o podemitas para criticar con inquina desmedida a Díaz. A veces incluso con demostraciones vomitivas de machismo y clasismo territorial propias de la derecha centralista más ultraconservadora o la burguesía catalana, o cacareando como papagayos las mismas críticas de la oposición andaluza de que la presidenta tiene abandonada su agenda institucional por participar en las Primarias. Por cierto, ¿dirán algo sobre la increíble confesión de derrotismo de Pedro Sánchez en la Sexta Noche “Yo no prometo que vayamos a ganar elecciones”?
Y quinto – El pacto no escrito de no interferir en los procesos internos de los adversarios ha estallado por los aires. El PP y, especialmente, Podemos tienen la culpa. Ha sido grosero verles pronunciarse e intentar influir en la militancia socialista.
Queda poco tiempo. Espero que muchos militantes recobren la cordura a menos que, premeditadamente, quieran evaporar al PSOE del mapa político porque estén más próximos a otra izquierda.