“Desde que se construyó el coso taurino, a finales de la década de los años 60, el hormigón armado tenía como finalidad recubrir el hierro, porque cuando éste se oxida aumenta de volumen y, aunque el deterioro es lento, es inexorable y siempre acaba expulsando al hormigón”.
Además, destacó el concejal, “el problema que ha dado lugar a que el hierro se oxide es que la capa de hormigón armado original es demasiado fina, pero en ningún caso aluminosis, como se dijo en su momento, por lo que existía el riesgo de que se produjeran desprendimientos, con el consiguiente riesgo para la seguridad de los usuarios de la plaza de toros y de los residentes en aquel sector de la ciudad”.
Esta circunstancia, incidió Orihuela, “no causa la destrucción de un edificio pero, si se deja, acaba desapareciendo la sección útil del hierro”. Sin embargo, “esto no ha pasado en la plaza de toros, a pesar de que han transcurrido muchos años desde su construcción y de prácticamente no haber sido objeto de trabajos de rehabilitación, sólo labores de mantenimiento en el ruedo o los callejones”.
Mano de obra concesionada
No obstante, “éramos conscientes de que había que hacer algo”. Entonces, “se podría haber actuado de dos maneras. Una sería el haber realizado un macroproyecto, que seguro no habría sido lo más acertado, porque un proyecto de tantos puntos no sabes a priori cual es el alcance de la actuación y, al final, el importe de los trabajos se habrían disparado”. Otra opción, “la adoptada, ha consistido en concesionar la mano de obra a una empresa, consistente en dos oficiales y dos peones, junto a las correspondientes herramientas y andamios necesarios”. Mientras, “los materiales (morteros predosificados de mucha adherencia y sin retracción) son suministrados directamente por parte del Ayuntamiento, a través de la brigada de Vías y Obras”. Además, “la dirección de obra corresponde a los técnicos municipales que están en la zona prácticamente a diario, y se está haciendo una labor muy exhaustiva”.
El trabajo ha consistido en que, “allí donde se apreciaban fisuras, golpear, separar el hormigón de recubrimiento, cepillar enérgicamente las armaduras, para dejarlas limpias de óxido, apreciar qué volumen útil se había perdido de la sección, que ha sido mínimo y aplicar sobre esas armaduras limpias de óxido un pasivador que frene la oxidación, para después aplicar esos morteros de alta adherencia y muy impermeables, lo que confieren a este material la cualidad que tendría un hormigón con un espesor normal”.
Casi un millón de euros
Además, añadió Orihuela, “cada vez que se finaliza un tramo de estructura de hormigón armado, tanto por dentro como por fuera, ya con personal de la brigada de Vías y Obras, estamos procediendo a realizar labores de pintura”.
Por otra parte, “las ménsulas, en forma de bóveda, que coronan los tendidos, de hormigón armado, serán impermeabilizadas mediante un producto adherente, que viene en estado fluido y después se solidifica”.
Desde que se iniciaron los trabajos, en abril de 2008, “el Consistorio ha invertido en esta actuación 275.000 euros anuales, sólo en concepto de mano de obra”.
A esta cantidad “hay que añadir 60.000 euros anuales para la adquisición de materiales”, por lo que, hasta el momento, “la inversión asciende a 670.000 euros”. Sin embargo, los trabajos “se prolongarán a lo largo del presente año de 2010 y, a su conclusión, la inversión total rondará el millón de euros” en este proyecto, “para el que existe financiación en el marco de los presupuestos de la Delegación de Vías y Obras”.
Nave municipal
Al hilo de este asunto, Orihuela recordó que, “en los bajos de la plaza de toros se encuentra una parte de los almacenes municipales y también las taquillas de la brigada de Vías y Obras”. Además, en otro edificio “están los talleres de reparación de vehículos municipales”.
Por tanto, a raíz de la rehabilitación de Las Palomas “nos planteamos la posibilidad de reagrupar todos estos servicios en un mismo edificio”. Para ello, el Ayuntamiento “contaba con unos terrenos municipales, en la calle Algeciras del Cortijo Real”. Por ello, “se decidió construir una nave municipal en dichos terrenos”. Con este objetivo, el Consistorio “realizó una solicitud de financiación, en el marco del Plan de Reindustrialización del Campo de Gibraltar solicitó al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en base a la resolución del 28 de mayo de 2008 y nos fueron concedidos 815.297,99 euros”. Por su parte, el Ayuntamiento “aportó los 271.000 euros necesarios para cubrir el presupuesto total que demandaba esta actuación, cuantificado en 1.087.065 euros”.
El delegado de Vías y Obras incidió en que la obra fue adjudicada en su momento “a la empresa Texeira Duarte, que comenzó los trabajos de construcción hace un año”.
En la actualidad, “ya está concluida la nave municipal, que consiste en un edificio que albergará los talleres y carpintería y herrería en general, así como la brigada de Vías y Obras, con sus correspondientes vehículos”, además de “los talleres dirigidos a la reparación de los vehículos municipales y almacenes, bajo cubierta, para todos los materiales”.
En total, “de una parcela de 3.000 metros cuadrados que linda con la calle Llano del Cortijo Real, la nave ocupa unos 900 metros cuadrados y cuenta con 2.000 metros cuadrados libres de patio, para equipos y materiales que no demandan estar preservados”.
La nave “cuyo interior está pavimentado, cuenta con una planta en la que se albergarán las oficinas”. En la actualidad “estas instalaciones cuentan con un equipamiento básico, pero sería recomendable dotarla de otros equipamientos complementarios, es decir, más estanterías, maquinarias auxiliares para la descarga de palés, etc., así como pequeños materiales que son imprescindibles”.
Todos estos equipamientos, concluyó el delegado de Vías y Obras, “serán incorporados en las próximas fechas, dado que esperamos que la nave municipal esté a pleno rendimiento en el primer trimestre del presente año”.
