Según una encuesta de YouGov para The Sun, el líder tory se adjudicó un triunfo decisivo al obtener el 41% del apoyo, frente al 32% que vio como ganador al liberal demócrata Nick Clegg y el 25% que estuvo con el actual primer ministro, Gordon Brown.
Otro sondeo, de ComRes para la cadena ITV, no dio resultados tan concluyentes: un 35% de los encuestados vieron a Cameron como vencedor, un 33% a Clegg y un 26% a Brown, con lo que la formación gobernante queda oficialmente relegada a la cola de las encuestas.
Los candidatos de los tres principales partidos británicos se lanzaron ayer al ataque para sacar rédito del último debate antes de los comicios, que, según coincidieron los comentaristas, fue el más vivo y apasionado.
Por primera vez, los líderes se vieron obligados a mostrar sus cartas en asuntos tan delicados como los recortes necesarios para atajar el enorme déficit estatal, cifrado en 167.000 millones de libras (193.000 millones de euros) para este ejercicio fiscal.
Brown acusó a Cameron de amenazar la recuperación económica con su plan de recortar 6.000 millones de libras más (7.000 millones de euros) del sector público, medida con la que los tories pretenden compensar la anulación de la subida prevista por los laboristas de la cotización a la Seguridad Social.
Éste tema se ha convertido en caballo de batalla electoral después de que los principales empresarios del Reino Unido apoyaran la estrategia conservadora de recortar el gasto en lugar de subir el impuesto, al tiempo que 108 economistas han respaldado la opción del partido gobernante de no empezar a aplicar recortes drásticos hasta que la recuperación se haya consolidado.