Estado Islámico ha reivindicado este domingo la autoría del atentado perpetrado esta semana contra un centro cultural chií en la provincia afgana de Balj, en el norte del país, en el que se estaba llevando a cabo una entrega de premios de prensa.
En el ataque ocurrido en el centro cultural Tabayan, un guardia de seguridad murió y casi una veintena de personas, la mayoría reporteros, resultaron heridos, según los datos proporcionados por las autoridades talibán. Sin embargo, un medio asociado al centro cultural, Avapress, informó de tres muertos y 30 heridos, según recogió la agencia DPA.
La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) condenó el atentado y pidió la protección de los reporteros afganos que, según ellos, demuestran un inmenso valor.
La filial afgana de la organización yihadista tiene a la minoría chií y hazara del país en su punto de mira desde hace años, especialmente aprovechando los vacíos de seguridad abiertos con la reconquista talibán del país. De hecho, este no es el primer ataque contra una sucursal de Tabayan --organización que cuenta con el respaldo de Irán, ya que en 2017 atacaron la sede en la capital, Kabul, dejando en torno a medio centenar de fallecidos.
En la última semana, la provincia de Balj ha sido lugar de varios ataques. Estado Islámico reivindicó este jueves el ataque suicida contra el gobernador de la provincia de Balj, Daud Muzmal, que falleció ha causa de una explosión registrada durante una reunión en su oficina provincial.
