El pasado mes de marzo, Rafael Amargo fue detenido acusado de tráfico de estupefacientes desde su domicilio de Madrid. El artista, que se encontraba en Alicante representando su último espectáculo, forcejeó con los policías por lo que tuvo que volver a pasar por el calabozo.
Después de semanas sin ser visto, el equipo de 'Espejo Público' ha podido hablar con él en exclusiva donde el bailaor ha confesado encontrarse "bien, gracias a dios ahora un poco mejor". Rafael sigue manteniendo que desde que tuvo lugar esta detención, o como el ha llamado "escena de ciencia ficción", sigue sin entender lo sucedido ya que "no venía a cuento".
Además, asegura que desde el indecente ha evitado salir mucho de casa, pero ahora ha sido momento de "ponerse la botas y salir al escenario" y así poder animarse. Por otra parte, ha revelado que lleva "dos años y medio con tratamiento psiquiátrico", algo que necesita para poder combatir la situación por la que está pasando en su vida: "No me puedo dejar matar ni yo matarme".
Sin duda, una mala época en la que reconoce "estar realmente agotado", algo por lo que "su familia también está sufriendo mucho". Y es que el bailaor sigue manteniendo que él está sufriendo una clara injusticia: "No hay nadie que te ampare cuando llevas una injusticia clara". Cabizbajo y con semblante serio, Rafael reconoce que "ya no me caen lágrimas para llorar".
Sobre la noche de la detención, Amargo se defiende y explica que "no se llama resistencia, se llama que quiero que me expliquen porque me detienen". El bailaor explica lo que sucedió aquella noche en Alicante: "Me detuvieron sin explicarme el motivo, me contestaron con unas formas y una chulería, unos sinverguenzas".
"Yo estaba tirado en el suelo, llorando. Yo le di la vuelta y se lió una revuelta, me tiran al suelo para que me tranquilicen, pero cuando te castran y te pisotean la cabeza... Yo me defendí como una persona que se defiende contra seis, ¿tú te dejas que te den una paliza por la cara?", ha contado. Además, reconoce que '"no tenía manos" para defenderse, por lo que cuando el policía se echó encima de él, le dió un mordisco.
Sobre la pregunta de si la detención fue porque llevaba estupefacientes para el consumo propio, el bailaor aclara: "Cantidades pequeñas no, no había cantidades directamente". Defiende que "como no vendo nada no hay clientes" y en su caso "no hay venta de nada".
Son muchas las semanas que los medios han tratado de seguirle la pista, pero el bailaor no daba señales de vida. La pregunta es, ¿por qué ha desaparecido? Algo que Rafael ha contestado: "Porque a esta altura lo mejor es esperar ya a que empiece el juicio. He desaparecido porque no puedo ir a firmar porque lo saben y van a grabarme y yo lo que quiero es paz".
Cansado de la situación, Amargo ha hecho su confesión más dura: "Uno piensa muchas cosas y... yo soy un tío muy valiente pero hay momentos en los que pienso en quitarme del medio". El dinero no es problema para él, ya que asegura que "económicamente mira donde estoy": "Trabajando en un sitio y ganándome la vida. Cobro un sueldo mileurista, un poquito más. Me da para la pensión de mis hijos y tener algo para poder vivir"
Una lucha que parece no tener fin, aunque Rafael no pierde la fe: "Puedo estar abatido pero me gusta muchísimo lo que hago y por el amor de mis hijos y de mi familia voy a luchar hasta el final". Y es que asegura que "con lo poco que he hablado ya se sabe que soy inocente". Sin duda, una situación que le ha cambiado la vida por completo: "Creo que no vaya a ser la misma persona que antes porque el corazón lo tengo muy dolido, tiempo al tiempo".