Según publicó este diario, tres encapuchados leyeron en Ciboure (Francia) un comunicado en nombre de ETA en el transcurso de un homenaje al miembro de la banda Jon Anza, donde a los medios de comunicación sólo se les permitió estar presentes al inicio del acto.
Los encapuchados conminaron a Francia y a España a que “depongan la amenaza de las armas hacia este pueblo y se atrevan a escuchar y respetar su palabra” y transmitieron la disposición de ETA a superar el conflicto por vías justas y democráticas, aunque advirtieron de que “ni Jon ni el resto de caídos en la lucha han dado su vida para que continúe la imposición”.
“Sabemos lo que ha costado llegar hasta aquí, pero ahí está el resultado fructífero de la lucha llevada a cabo hasta ahora: Euskal Herria está a las puertas de vivir un período de cambio, para poder recuperar su propia voz”, señaló ETA en su comunicado.
Además, la banda terrorista afirmó que “el futuro está en manos de los ciudadanos y ciudadanas vascos”, por lo que les animó a “actuar con la ambición de ganar”.
un año sin muertos
El próximo viernes 30 de julio se cumple un año del último atentado mortal de ETA, que costó la vida en Mallorca a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaun. En esos doce meses, la banda ha sido descabezada hasta en dos ocasiones, la disidencia en las cárceles ha ido en aumento y su entorno político ha dado indicios de que desea un cambio de rumbo.
La ausencia de atentados mortales en un año, sin contar el asesinato del policía francés Jean-Serge Nerin en un tiroteo con miembros de ETA el pasado 16 de marzo, coincide con movimientos en la izquierda abertzale y rumores insistentes de una inminente declaración de alto el fuego por parte de la banda.
“Que sepan que no nos chupamos el dedo”, resumía hace unas semanas el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que advertía de que ya no valen treguas temporales, sino el abandono definitivo y total de las armas,
la desmantelación de la banda por completo.