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"No tengo fecha de caducidad"

María Galiana, Herminia en `Cuentame´comenzó su segunda vida tras jubilarse como docente

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  • De maestra a actriz -
De profesora a actriz. Después de jubilarse comenzó una nueva vida. Una de las razones: no puede estar sin hacer nada, hasta en vacaciones (no rueda en Cuéntame hasta junio) tiene la agenda repleta. Recién aterrizada de un viaje de 15 días por Sicilia no duda en acercarse al Virgen Macarena para atender un compromiso con la asociación Asaenes, de la que es madrina. Después, nos atiende. Pero antes se retoca el maquillaje y pregunta si tiene bien el pelo. María Galiana, sevillana por los cuatro costados, confiesa a Viva Sevilla sus impresiones acerca de la ciudad.

Con la agenda tan apretada que tiene, ¿echa de menos Sevilla?

- No me da tiempo a echarla de menos. Regreso casi todos los fines de semana. En Madrid no hago vida, sólo trabajo. Mi hogar está en Sevilla.

¿Siempre quiso ser actriz?
-No. Siempre quise ser profesora, que es a lo que me he dedicado durante 38 años. La vocación de actriz me la encontré por el camino.

¿Cómo fue su primer encuentro con la que hoy en día es su actual profesión?
- Cuando trabajaba de profesora hice un cortometraje con mis alumnos y dio la casualidad de que José Luis García Sánchez lo vio justo cuando estaba buscando una actriz de mis características para una película suya, Pasodoble.

¿Le picó el gusanillo?
-Sí, pero seguí trabajando en mi instituto de Ciudad Jardín. La primera vez que pensé en ello en serio fue cuando pedí una excedencia porque me ofrecieron un papel en Quimera y amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín. Probé, me gustó y repetí.

¿Su actual carrera tiene fecha de caducidad?
- No. A mí de esto sólo me quita la enfermedad.

¿Se parece en algo a la entrañable Herminia, la abuela de los Alcántara?
-No. Soy bastante más seca y nada cariñosa. No soy tan ama de casa ni tan entregada.

¿Qué hace María Galiana cuando está en Sevilla?
-Relajarme. Sevilla es mi ciudad, aunque no caigo en el tópico de estar siempre alardeando de ella.

¿Qué es lo que más le gusta de su ciudad?
-Me gusta su luz, su ambiente y su olor. Aunque he vivido 31 años en Heliópolis, antes de casarme vivía en el centro y por eso decidí volver. Ahora vivo en Placentines y no cambio mi patio con vistas al palacio arzobispal por nada. Voy andando a todas partes. Francos, Argote de Molina, Hernando Colón y la de Plaza San Francisco son mis lugares habituales.

Pero no podrá andar dos metros sin que le pare la gente…
-Me gusta la popularidad, para que nos vayamos a engañar. No me gustaría pasar desapercibida.
¿Y lo que menos?
-Me mata la desidia de sus ciudadanos. Que no estemos todos implicados en nuestra ciudad, que a mi entender es una ciudad con futuro. Hay que innovar y ser valientes.

Hablando de innovación, ¿conoce el Metropol Parasol?

-Sí, y me parece horroroso. Las setas podrían haber sido un proyecto interesante pero no en el lugar donde están situadas, no en ese contexto.

Este domingo se elige al nuevo alcalde. ¿Cómo ve el panorama político de la ciudad?
-Lo veo francamente desolador. Voy a votar, pero no se si mi voto será en blanco porque hasta ahora nadie me ha convencido. Soy escéptica con respecto a los políticos. Su discurso está siempre dirigido a conseguir votos, no existe preocupación real por el ciudadano y sus problemas.

Enhorabuena, su Betis ya está en Primera…
- Por enésima vez ha subido y a ver lo que aguanta (risas).

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