En definitiva, los ríos participan de la identidad de los hombres que viven en sus márgenes.El Guadaíra, afluente de la orilla izquierda del Guadalquivir, ha sido decisivo en la historia física y cultural de las comarcas sevillanas y gaditanas que atraviesa. Corredor ecológico entre el estuario y las marismas, el Guadaíra también explica el desarrollo económico de sus territorios.
Si desde el medievo y hasta la década de los setenta del siglo XX fue el Río de pan por la cantidad de molinos harineros que se instalaron en sus orillas, desde finales del siglo XIX y hasta la actualidad son las industrias aceituneras las que se abastecen de él para la preparación del oro líquido de las olivas y sus derivados.
El Guadaíra tuvo la mala fama de ser uno de los ríos más contaminados de España. Su situación, en la actualidad, ha dado un vuelco espectacular gracias, en parte, al Programa Coordinado de Recuperación y Mejora del Guadaíra, ejecutado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y que ha permitido minimizar el impacto de los residuos urbanos e industriales, recuperando la calidad de su agua. Todas estas mejoras quedan patentes en la muestra El Guadaíra vuelve a vivir: historia de una recuperación, exposición que se puede visitar en la Casa de la Ciencia hasta el 19 de septiembre.
El afluente como inspiración artística
La exposición también incide en las manifestaciones artísticas que han tomado al Guadaíra como inspiración y en la restauración de los molinos de harina de Alcalá de Guadaíra.