La plataforma ciudadana creada a través de la red social Facebook con el objetivo de instar a la restauración de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla, que cuenta ya con más 1.500 adhesiones, ha reclamado que se pase "a la acción, más allá de las palabras y los gestos" y se realicen las obras, "al menos las de urgencia", de este templo gótico-mudéjar que cumple este miércoles 3.000 días de su cierre y cuenta con en un deteriorado estado al contar con los pilares desviados, entre otros.
Uno de los impulsores de la plataforma José Javier Comas ha indicado a Europa Press que la rehabilitación de este templo, que cumple en septiembre 100 años de su designación como Monumento Nacional, se ha quedado "en anuncios, pero no se ve movimiento" que lleve a pensar que "realmente" se van a llevar a cabo las obras "desgraciadamente". "Entre mayo y junio dio la impresión de que se avanzaba un poco, para acallar a la opinión pública en ese momento, pero nada más", agrega.
Así, cabe recordar que el día 5 de junio, dos días después de que Santa Catalina cumpliera ocho años cerrada, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), y el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, mantuvieron una reunión en la que anunciaron que la Iglesia, propietaria del inmueble, aportaría 800.000 euros, que se sumarían al millón de euros del gobierno municipal. El proyecto entregado en diciembre de 2010 en el Arzobispado de Sevilla contempla la restauración general --cimentación, estructura, revestimientos, carpintería y acondicionamientos, entre otros-- por tres millones de euros, pero existe una fase de urgencia, que comprendería las actuaciones en la cimentación y consolidación y que rondaría el millón de euros.
"El templo está cada vez peor, sigue hundiéndose y esperando, mientras que el Ayuntamiento y el Arzobispado echan directamente la pelota en el tejado de la Junta", agrega, tras indicar que, "sería bueno que la Junta colaborase, pero si actualmente ya se cuenta con dinero suficiente para realizar la fase de urgencia, valorada en un millón de euros, ¿por qué no se acomete antes de que se derrumbe?".
Comas indica que desde la Delegación Provincial de Cultura en Sevilla se ha mostrado "interés, pero nada más", aunque deja claro que "quien debe dar los primeros pasos es el Arzobispado, que se mantiene en silencio y parece carecer de interés al no necesitar el templo para los cultos y no mueve ficha para reunirse con la Administración regional".
EL "DELICADO ESTADO" DE UNA JOYA GÓTICO-MUDÉJAR
Según la información facilitada en su momento por el doctor arquitecto responsable del proyecto de rehabilitación de la iglesia, Francisco Granero, a Europa Press, el templo se encuentra el "delicado estado" por lo que ve de urgencia realizar una actuación, valorada en un millón de euros, sobre la cimentación general y, en particular, de los pilares centrales que se han movido algunos centímetros, por asientos diferenciales respecto el resto de la estructura, además de en la "desviación respecto a la vertical" de entre 40 y 60 centímetros en la parte superior del sistema de apuntalamiento de dichos pilares, seguramente ocurrido ya a principios del siglo XX.
En 2011 se sustituyó el apuntalamiento por un sistema de cimbras que permite ver la restauración del artesonado, algo que "deja ver que los cuatro pilares fundamentales del templo se han hundido unos centímetros ante las condiciones inadecuadas del terreno". "Existen diferencias en la cimentación que son urgentes que se corrijan", subraya.
Las instalaciones aúnan restos mudéjar con un estructuras del siglo XIV y capillas del XV, XVI y XVII, además de la Sacramental que cuenta con "lo mejor" del barroco de Sevilla del XVIII y con intervenciones de principios del XX con el traslado de la portada de Santa Lucía.
En este contexto, el día 3 de junio esta plataforma ciudadana colocó una pancarta a las puertas de este Monumento Nacional en la que reivindicó actuar ante los ocho años de "abandono, desprecio, de inmoralidad cultural y de atentado a la historia de esta ciudad", que han sido "robados a la historia". Con anterioridad, se había convocado también el día 18 de mayo una acción de protesta ante la puerta principal del templo, instando a vecinos y ciudadanos a convertirla en un "muro de las lamentaciones", donde los ciudadanos pudieron dejar constancia de su "queja o lamento" ante el estado del templo tras ocho años de abandono, mediante un papel donde quede un "texto, queja, oración o dibujo" para que quede pegado en sus muros "a modo de lágrima o triste lamento de un atentado cultural que puede convertirse, si no se remedia, en irreversible".