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EEUU se niega a liberar al último residente británico en Guantánamo

Estados Unidos se niega a liberar al último residente británico que queda en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba), informó ayer el diario The Independent.

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Estados Unidos se niega a liberar al último residente británico que queda en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba), informó ayer el diario The Independent.

Se trata de Shaker Aamer, de 42 años, a quien sus familiares no han vuelto a ver desde que viajaron juntos a Afganistán hace algo más de siete años.

Aamer afirma haber sufrido palizas y torturas durante su cautiverio en ese campamento estadounidense en territorio cubano.

Su esposa, Zin Aamer, de 33 años, que vive en Londres, declaró a The Independent que sus hijos no entienden por qué su padre no volvió de Guantánamo junto a otro detenido británico, Binyam Mohamed, al que se permitió regresar este lunes al Reino Unido.

Aamer, su esposa y sus tres hijos dejaron Londres en el año 2001 con destino a Afganistán, donde Shaker se proponía trabajar en una organización de ayuda a la infancia.

Pero Aamer, de origen saudí y que se estableció en el Reino Unido en 1996, fue detenido en diciembre del 2001 por fuerzas de Estados Unidos, que le acusaron de ser un militante talibán.

La organización británica de derechos humanos Reprieve, que le defiende, afirma que fue vendido por algunos aldeanos a la Alianza del Norte afgana, que a su vez lo vendió a los norteamericanos.

Aamer fue trasladado primero a Bagram, la mayor base estadounidense en Afganistán, y luego a Guantánamo, donde durante más de cuatro años estuvo en reclusión solitaria porque los guardianes de la prisión creían que ejercía una influencia excesiva sobre los otro detenidos.

La última noticia directa que Zin Aamer ha tenido de su marido fue una carta que recibió el pasado agosto.

Los abogados de Aamer han presentado un escrito de dieciséis páginas en el que exigen que se le permita salir de la célula de aislamiento en Guantánamo.

Sus abogados creen que funcionarios británicos ayudaron a sus colegas norteamericanos durante los primeros interrogatorios a los que Aamer fue sometido en Afganistán y Guantánamo.

El Gobierno británico ha presionado últimamente al estadounidense para que le ponga en libertad.

Un portavoz del Ministerio británico de Asuntos Exteriores dijo al periódico que los norteamericanos no están dispuestos a liberarle por considerar que representa un peligro para la seguridad.

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