Al menos 19 personas han muerto y otras 30 han resultado heridas en un bombardeo y un asalto posterior por tierra de las fuerzas de seguridad iraquíes contra el campamento de refugiados iraníes de Ashraf (en la provincia de Diyala, cerca de Bagdad), según han confirmado fuentes oficiales y del interior del campo a la agencia nacional de noticias iraquí, NINA, y a la agencia de noticias china Xinhua.
Sin embargo, según la organización de exiliados iraníes en el extranjero, el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (NCRI) eleva la cifra de víctimas mortales a al menos 44. Entre los fallecidos se encontraría la subsecretaria general del Pueblo de los Muyaidines de Irán (PMOI) --la organización raíz del NCRI-- Zohreh Ghaemi, quien habría sido hallada con las manos atadas a la espalda junto a otros cuatro compañeros, todos ellos con indicios de haber sido ejecutados.
El NCRI/PMOI representan a los exiliados iraníes que se vieron obligados a escapar de su país con la llegada al poder del ayatolá Jomeini y que desde hace años viven constantes episodios de tensión y violencia con las autoridades iraquíes.
El ataque comenzó esta medianoche --las 23.00 horas de ayer, en España--, y de acuerdo con el PMOI se prolongó durante siete horas. "Las fuerzas que nos atacan son batallones del Ejército iraquí y de las Unidades Especiales de Intervención", hizo saber la dirección del movimiento, que el pasado mes de diciembre desapareció finalmente de la lista de organizaciones terroristas redactada por Estados Unidos.
Los más de 3.200 refugiados que vivían en Ashraf fueron realojados el año pasado en la antigua base estadounidense de Camp Liberty, también cercana a la capital, pero al menos un centenar de ellos decidieron regresar dadas las pésimas condiciones de vida de su nuevo destino.
"Hasta ahora un gran número de residentes ha fallecido y otros más han sido tomados como rehenes", según informó en un primer momento el portavoz de la organización, Shariar Kia. "La resistencia solicita la acción urgente de la Embajada de Estados Unidos en Irak, así como de Naciones Unidas, para que hagan inmediato acto de presencia en el lugar para impedir que continúe esta masacre", hizo saber.
El PMOI participó activamente en la revolución iraní de 1973 y llevaron a cabo diversos ataques a edificios del gobierno, robo de bancos, asesinatos a funcionarios importantes y secuestro de extranjeros. Durante dicha época, el grupo mantuvo un discurso islamista chií mezclado con una adaptación de la ideología marxista revolucionaria.
Sin embargo, poco después del éxito de la revolución, las nuevas autoridades comenzaron a perseguir al PMOI, que se distanció políticamente del Gobierno. En 1986, Masud Rajavi alcanzó un pacto con el entonces presidente de Irak, Sadam Husein, en ese momento en guerra contra Irán, lo que terminó de distanciar las posturas.
Durante el conflicto entre Irán e Irak, el PMOI participó del lado iraquí y lanzó ataques contra territorio iraní, lo que fue utilizado por Teherán para lanzar una campaña contra el grupo y reducir su apoyo social en el interior del país.
Pese a que Irak proporcionó cobertura al PMOI y respaldó sus ataques contra Irán, la caída de Husein y la llegada al poder de Nuri al Maliki cambió su situación en Irak, ya que desde entonces pasaron a ser vistos como una organización terrorista. Desde entonces Bagdad ha solicitado la expulsión del grupo del país, algo que no se ha llevado a cabo debido el respaldo de Washington al grupo, en el marco de su política de alianzas contra Irán.