La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años de cárcel a dos hombres acusados de intentar sobornar a un teniente de la Guardia Civil que prestaba servicio como jefe de la Sección Fiscal del Puerto para que permitiera entrar tabaco chino por dicho Puerto sin que la mercancía pasara los correspondientes controles aduaneros.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Audiencia Provincial condena a los dos acusados, Manuel B.M. y Salvador M.R., a dos años de cárcel y al pago de una multa de 1.080 euros por un delito de cohecho.
La Audiencia aplica una circunstancia atenuante a ambos al entender que Salvador "tenía contraídas multitud de deudas" con la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y diversas entidades de crédito y realizó los hechos "acuciado por la imperiosa necesidad de obtener liquidez para evitar el embargo y desalojo de la vivienda familiar, hecho que finalmente se produjo".
De su lado, Manuel "también tenía contraídas multitud de deudas que excedían de sus posibilidades de pago", lo cual "le provocó una situación de estrés emocional que desembocó en un trastorno adaptativo mixto con ansiedad y estado de ánimo depresivo, que le llevó a realizar los hechos".
Los dos imputados iban a ser enjuiciados la próxima semana por un jurado popular, aunque finalmente no será necesario después de que ambos mostraran su conformidad con la calificación de los hechos y las penas solicitadas por la Fiscalía.
La Audiencia Provincial considera probado que el agente de la Guardia Civil al que se intentó sobornar prestaba en agosto de 2011 servicio como jefe de la Sección Fiscal del Puerto de Sevilla, teniendo entre sus funciones la de supervisar que las distintas mercancías que llegaban a dicho Puerto pasaran los correspondientes controles aduaneros y fueran géneros de lícito comercio.
Por aquellas fechas, los imputados, "puestos de común acuerdo", pretendían introducir tabaco chino a través del Puerto eludiendo el correspondiente control de aduanas.
"A tal fin y en ejecución del plan previamente concertado", uno de los acusados, que conocía la condición de miembro de la Guardia Civil y el destino que ocupaba el agente referido, concertó con éste una cita en una cafetería ubicada en Los Bermejales donde le comentó que pertenecía a una organización criminal que pretendía introducir tabaco chino en España a través del Puerto de Sevilla.
De esta manera, el acusado ofreció al guardia civil el pago de 12.000 euros en metálico por cada contenedor de dicho tabaco que dejara entrar sin pasar los controles aduaneros, una proposición que el agente aceptó, "no con la intención de realizar el ilícito encargo, sino para conseguir información que permitiera desarticular la organización criminal a la que pertenecían" los acusados, "descubrir y castigar su actividad delictiva".
En fechas posteriores, ambos imputados mantuvieron una nueva reunión con este guardia civil en la misma cafetería en la cual le reiteraron el ofrecimiento de pago de 12.000 euros por cada contenedor de tabaco que dejara entrar, llegando a facilitarle un teléfono móvil para poder contactar con él y darle instrucciones sobre cómo debía desarrollarse esa "ilícita" actividad.
Finalmente, "y por causas que no constan", no llegó a producirse ni la introducción de tabaco chino pretendido por los procesados ni la entrega del metálico ofrecido al teniente de la Guardia Civil.