El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha dicho este martes que el diálogo entre Gobierno y oposición debe continuar y ha pedido a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que no se deje presionar por factores externos, después de que la formación haya anunciado una suspensión del diálogo, a causa de lo que ellos consideran una "represión injustificada" del Ejecutivo.
"Yo no me voy a parar de la mesa de diálogo. Espero que ellos tampoco se paren. Ya el hecho de estar dialogando, debatiendo, es un avance democrático importante. Veremos más adelante qué resultados va dando", ha señalado el mandatario venezolano, que recuerda que esta semana está prevista la incorporación a las conversaciones del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
Maduro ha insistido en que es "normal" que existan diferencias sobre los temas que se han puesto en la mesa y recuerda que durante el primer diálogo --transmitido por la cadena nacional-- los diputados opositores pudieron hablar libremente, de acuerdo con el diario venezolano 'El Nacional'.
Por ello, el presidente de Venezuela ha añadido que "la mesa de diálogo tiene que seguir siendo un espacio de encuentro, de conversación, de debate, de diálogo" para "poco a poco construir una agenda nacional". "Yo no me voy a parar jamás de una mesa donde se dialogue de paz", ha sentenciado.
EL ANUNCIO DE LA MUD
El secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, ha anunciado este mismo martes que la coalición opositora ha decidido suspender el diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro para poner fin a la crisis política, al considerar que hay una "represión injustificada".
"Se han suspendido las reuniones de los grupos de trabajo en rechazo a la decisión del Gobierno de continuar arremetiendo con represión injustificada contra manifestantes", ha dicho el jefe de la MUD en una rueda de prensa, de acuerdo con un comunicado.
Como ejemplo, ha aludido al violento desalojo que la Policía Nacional Bolivariana (PNB) llevó a cabo el pasado jueves de los cuatro campamentos de estudiantes instalados en el área metropolitana de Caracas, que se saldó con 243 detenidos.
De la misma forma, la MUD ha criticado que, a pesar de que hace un mes que comenzó el diálogo, "el Gobierno todavía no ha fijado fecha para reunirse con el movimiento estudiantil, que tiene sus propios portavoces y sus propias exigencias" ni con los trabajadores.
DIÁLOGO POLÍTICO
El diálogo político arrancó el pasado 10 de abril en el Palacio de Miraflores --sede de la Presidencia venezolana-- gracias a la mediación del Vaticano y de los tres ministros de Exteriores de la organización regional.
Después de los numerosos llamamientos realizados por Maduro, finalmente el sector más moderado de la MUD, liderado por su secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo y por su ex candidato presidencial, Henrique Capriles, decidió dialogar.
Para ello tuvo que renunciar al cumplimiento de una serie de requisitos previos por parte del Ejecutivo, lo cual ha creado una brecha en la coalición opositora, ya que otro sector se niega a sumarse a las conversaciones sin estas "condiciones elementales".
Los más radicales de la coalición opositora --entre ellos Leopoldo López y la ex diputada María Corina Machado-- exigen al Gobierno el fin de la represión de las protestas en su contra, la liberación de los detenidos en las mismas y el desarme de los grupos de civiles.
CRISIS VENEZOLANA
La crisis política en Venezuela estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados, que ya ha dejado 41 muertos, 813 heridos y cientos de detenidos.
Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.
La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La Organización de Estados Americanos (OEA) se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.
UNASUR fue un paso más allá y, aunque expresó su respaldo a Maduro, creó una comisión de ministros de Exteriores que ha conseguido sentar a la mesa de negociaciones a Gobierno y oposición.