Las artes marciales y Julio Sánchez encajaron como un guante desde temprana edad. A los 15 años, este malagueño de adopción nacido en Salamanca se puso unos guantes tras haber hecho sus pinitos en el kárate y el judo. Pesó más la tradición familiar y no pudo evitar la atracción de subir a un ring.
Desde entonces han pasado 20 años y Julio Sánchez ha sumado a su palmarés cinco mundiales en full contact y kick boxing, tres títulos de Europa, también de full contact, y, desde 2011, es boxeador profesional aunque tiene que compaginarlo con trabajo. “Aquí en España no se puede vivir de esto, es imposible. Digamos que es un sobresueldo”, afirmó.
Su preparación se ha intensificado en las últimas semanas debido a su próximo reto: lograr el título de campeón del mundo hispano de boxeo profesional que se celebrará el próximo viernes, 6 de noviembre, en Málaga.
Entre sus próximos objetivos, el malagueño ya mira hacia el título nacional “del que tengo una espinita porque por política no he podido competir”, explicó e hizo hincapié en que “me gustaría pelear fuera, y si gano este campeonato tendré la posibilidad de ir a hispanoamérica”.
La presentación del mundial corrió ayer a cargo del diputado de Deportes y Juventud, Cristóbal Ortega, en una rueda de prensa que contó con el propio boxeador Julio Sánchez; su entrenador, Ramón González; y Prudencio Ruiz, concejal de Deportes de Alhaurín de la Torre y organizador del evento.
El pabellón deportivo El Limón, de Alhaurín de la Torre, será el escenario de esta velada de boxeo profesional cuya apertura de puertas será a las 20:00 horas y donde se disputarán catorce combates en cinco modalidades: boxeo olímpico, boxeo élite, kick boxing, k-1 y boxeo profesional.
El punto álgido de la noche tendrá lugar con la salida al ring de Julio Sánchez, que se enfrentará al actual campeón del mundo, el valenciano Fran González, en un combate a diez asaltos, de tres minutos cada uno, que decidirá al nuevo campeón.