El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha archivado la causa abierta contra los titiriteros Alfonso Lázaro y Raul García por enaltecimiento del terrorismo. En un auto, el magistrado se hace eco del cambio de criterio de la Fiscalía respecto a este procedimiento y asegura que no ha quedado "debidamente acreditada la perpetración" del delito que se les imputaba.
Moreno envió a los dos artistas a la cárcel, a petición del Ministerio Público, el pasado mes de febrero después de que representaran en el barrio madrileño de Tetuán, durante los carnavales y ante un público infantil, la obra 'La Bruja y Don Cristóbal' en la que mostraron un pequeño cartel con la leyenda 'Gora Alka ETA". Cinco días más tarde, les dejó en libertad y les impuso comparecencias en el Juzgado. También les prohibió salir del territorio nacional.
El magistrado también se une ahora al criterio de la Fiscalía y reproduce en su auto el escrito remitido en el que se constata que los dos artistas sólo pretendían hacer una crítica "a la actuación policial" y el cártel constituía una prueba falsa 'colocada' para incriminar a uno de los personajes.
"En ningún momento en todo el desarrollo de la obra los dos actores realizaron actos o profirieron expresiones de alabanza, ensalzamiento, enaltecimiento ni justificación o promoción de la actividad terrorista", asevera la Fiscalía. También admite que la obra "fue ininteligible para el público en general" porque se representó en esperanto.
PARTE, A PLAZA CASTILLA
El magistrado ha remitido a los Juzgados de Plaza Castilla la parte de la causa referente a la presunta comisión de un delito con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas. Una vez más, se ciñe al criterio del fiscal y deja en manos de las dependencias judiciales madrileñas la decisión sobre si la obra supuso una lesión para la dignidad de las personas.
Además, el juez no admite a trámite las denuncias presentadas por dos asociaciones de víctimas contra los actores Alberto San Juan y Gloria Muñoz, que volvieron a representar en Madrid la obra de títeres y mostraron el mismo cartel.
Considera que su intención fue la de solidarizarse con los dos titiriteros y señala que cuando reprodujeron la obra no había niños presentes ni se produjo ninguna alteración del orden público.