Un olfato privilegiado y un adiestramiento adecuado son suficientes para que los perros policía se conviertan en una auténtica amenaza para aquellos que llevan encima algún tipo de estupefaciente.
Son capaces de detectar hasta la más pequeña cantidad de droga, principalmente hachís, que pueda llevar una persona encima, por muy escondida que la lleven. Por eso, se han convertido a día de hoy en unos imprescindibles para los cuerpos de Policía Local.
Pero, ¿cómo se les adiestra? VIVA ha estado en el IV Curso de Guías Caninos de Perros Detectores de Drogas y Sustancias Estupefacientes, organizado por La Escuela de Seguridad Publica de Andalucía (ESPA) y que durante cinco meses se está desarrollando en Los Barrios.
En esta edición participan un total de 23 agentes de la Policía Local de toda Andalucía con sus perros. Aunque se les dejó elegir el sistema de trabajo, el cien por cien de los alumnos se decantaron por el sistema de detección el marcaje, el denominado "Marcaje Lapa", cuyo impulsor es Javier Macho, Coordinador Técnico de Instructor de la Unidad Canina de la Policía Local de Burgos. Macho, que tiene patentado ese sistema de marcaje, es el responsable de los otros cuatro instructores que forman a los agentes desde el pasado mes de noviembre en Los Barrios.
"El Marcaje Lapa consiste en que cuando el perro detecta los estupefacientes, se queda pegado con la trufa (la nariz del can), en el lugar exacto donde localiza la droga. Se sienta, se tumba o se queda sobre las patas traseras cuando no llega al lugar exacto donde está oculta la droga o mirando hacia el punto exacto donde esté", explica Javier Macho.
En ningún momento el perro policía agrede o amenaza al portador de la droga, pero facilita mucho la labor policial. "Con el perro se solucionan mucho los problemas cuando trabajamos en la calle, sobre todo cuando trabajamos en la detección de personas, especialmente cuando lo llevan en la zona genital o en el pecho, porque nos dice exactamente dónde la lleva".
Labor principal: La prevención
Los cuerpos de Policía Local tienen como función principal la prevención. Por ello, las unidades caninas tienen una misión vital, porque "cuando fallamos en la prevención vienen los demás problemas, ya que tiene que llegar represión".
Un claro ejemplo se encuentra en la detección en el ámbito escolar. "Es fundamental, porque tratamos de evitar el contacto de las drogas con los menores. También en las zonas de ocio juvenil".
Además, Macho destaca que existen "conceptos de seguridad que indican que un policía con un perro inspira más seguridad que dos o tres policías".
En la comarca del Campo de Gibraltar solo hay unidades caninas en Algeciras y Jimena. Actualmente en este curso se forma también un agente de la Policía Local de San Roque.
Perros adiestrados
Aunque en muchos casos aseguran que la raza del perro no importa, Macho considera que "hay algunas más predispuestas al trabajo que otras". Por eso, trabajan principalmente con pastor belga malinois, pastor alemán y labrador".
Tras este curso, en el que trabajan intensamente una semana al mes en Los Barrios y después tienen el resto para entrenar con su guía en su ciudad de origen, los perros estarán listos para trabajar "en binomio" con sus guías. "Al acabar los cinco meses están preparados para salir a la calle, pero es como un policía cuando aprueba una oposición: Hace la fase de academia y está preparado para trabajar pero le falta la experiencia de la calle, que es lo que hay q ir puliendo en el trabajo del día a día".
Equipo formador
El IV Curso de Guías Caninos de Perros Detectores de Drogas y Sustancias Estupefacientes de la ESPA cuenta, además, de con Javier Macho, con cuatro especialistas que se encargan de la instrucción de los agentes y sus perros.
Se trata de Francisco Javier Rodríguez, Subinspector de la puebla de Cazalla (Sevilla), Miguel Ángel Romero, responsable de la Unidad Canina de la Policía Local de El Cuervo (Sevilla), Juan Carlos Gutiérrez, responsable de la Unidad Canina de Plasencia (Cáceres), y Juan Miguel Moreno, Guía Canino de Algeciras.
