El expresidente de EEUU George W. Bush ha lamentado en una entrevista lo que considera como un auge del "racismo" en su país bajo el mandato de Donald Trump, aunque evitó criticar directamente las políticas de su correligionario republicano.
"No me gusta el racismo, no me gustan los insultos y no me gusta que la gente se sienta marginada. A nadie le gusta eso", dijo Bush en una entrevista con la revista People que tuvo hoy notable repercusión en EEUU.
El exmandatario republicano (2001-2009) opinó que el clima político en Washington es "bastante feo", pero se mostró "optimista sobre cómo acabarán las cosas".
"Ya hemos pasado antes por estos periodos y siempre hemos encontrado una forma de salir de ello. Soy más optimista que algunos", sostuvo Bush.
"Siempre ocurre lo mismo: la gente hace campaña y luego el trabajo es distinto (a lo que esperaban) cuando llegan al cargo. Y el trabajo acaba imprimiendo realidad a la situación de cada presidente y eso es lo que va a pasar", añadió.
Bush, que dejó el poder en 2009 con un índice muy bajo de aprobación, ha mantenido un perfil bajo desde entonces y evitó criticar a su sucesor en la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama.
"No sentía que tuviera que pronunciarme sobre nada porque no quería complicarle el trabajo (a Obama) y tampoco voy a hacerlo ahora (con Trump). Sin embargo, en el Centro Bush sí nos estamos pronunciando", aseguró el expresidente.
Ese centro que Bush dirige junto a su esposa, Laura, incluye entre sus labores algunas tareas que contrastan con la filosofía aislacionista de Trump, como ceremonias de naturalización de inmigrantes y talleres de formación en liderazgo para mujeres musulmanas que llegan a la institución desde Oriente Medio.
Preguntado por si la voluntad de Trump de restringir la inmigración proveniente de ciertos países de mayoría musulmana complicará algunos de los programas de su centro, Bush respondió que "podría" ser, pero aseguró que encontrará la manera de "traer" a esas mujeres al país.
En la entrevista, Bush reconoció que Trump no le ha contactado hasta ahora para pedirle consejo y que Obama tampoco recurrió demasiado a él al llegar al poder.
"No es algo que me moleste. Entiendo la naturaleza del trabajo. Hay muchas cosas de las que ocuparse cuando eres el presidente y tienes que centrarte en tu trabajo", sostuvo Bush.
En otra entrevista emitida ayer por la cadena de televisión NBC, Bush abogó por "una política migratoria de acogida y respeto a la ley", pero evitó criticar directamente el polémico decreto migratorio de Trump, que fue bloqueado por un juez y que será reemplazado próximamente por una nueva medida.