Tras más de dieciocho horas desde que se diera la voz de alarma, siguen sin control dos frentes, uno en la zona este de la isla, que avanza lentamente hacia el norte, y otro más virulento que remontó las cumbres de la isla y se dirige hacia el municipio de El Paso, que es donde se están concentrando todos los trabajos de extinción.
La ola de calor que azota todo el archipiélago canario y, sobre todo, las rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora registradas en la zona están dificultando las labores de extinción del incendio, que provocó la evacuación de unas 4.000 personas.
Se trata de vecinos de las zonas de Tigalate y Montes de Luna, en el municipio de Mazo, y de los núcleos de Los Canarios y Las Caletas, en Fuencaliente.
Según explicó en rueda de prensa el consejero de Presidencia del Gobierno de Canarias, José Miguel Ruano, la prioridad es contener las llamas en la zona conocida como la Ermita de Santa Cecilia, un área volcánica que se utilizará como retén natural para evitar que las llamas avancen hacia el municipio de El Paso.
El consejero de presidencia del Gobierno canario José Miguel Ruano reconoció que las condiciones meteorológicas “no son buenas” e impiden pronosticar si se podrá atajar el avance del fuego, y aludió al parte meteorológico de hoy, con una bajada prevista de hasta diez grados en las temperaturas y de la intensidad del viento, para hablar de “unas perspectivas más optimistas”.
El incendio comenzó, por causas que aún se desconocen. En las labores de extinción intervienen unos 250 efectivos, entre retenes del Cabildo de La Palma, Protección Civil, Servicio de Urgencias Canario, Bomberos Voluntarios, Alfa Tango, Policías Locales de Villa de Mazo y Fuencaliente y Guardia Civil.