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Punta Umbría

El pacto ruso-alemán para atacar Polonia cumple 70 años

La firma del pacto Mólotov-Ribbentrop, que dejó las manos libres a Hitler para atacar Polonia en 1939 e iniciar la Segunda Guerra Mundial, cumple hoy 70 años en medio de la polémica sobre las razones que llevaron a la URSS a pactar con la Alemania nazi.

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La firma del pacto Mólotov-Ribbentrop, que dejó las manos libres a Hitler para atacar Polonia en 1939 e iniciar la Segunda Guerra Mundial, cumple hoy 70 años en medio de la polémica sobre las razones que llevaron a la URSS a pactar con la Alemania nazi.

“Mi abuelo nunca lamentó haberlo firmado. Decía que el pacto permitió a la Unión Soviética prepararse para la guerra y, al fin y al cabo, ganarla”, afirmó esta semana Viacheslav Níkonov, nieto de Viacheslav Mólotov, ministro de Exteriores soviético.


El pacto de no agresión suscrito en Moscú por Mólotov y su colega alemán, Joachim von Ribbentrop, en presencia del máximo dirigente soviético, Stalin, cogió al resto de potencias europeas por sorpresa. Hitler, que recibió así garantías de no tener que combatir en dos frentes al mismo tiempo, ordenó una semana después la invasión de la vecina Polonia, dando así el pistoletazo de salida a la contienda mundial.

El pacto también incluía un protocolo secreto de reparto de esferas de influencia en Europa del Este, que marcaría la historia de la división del continente durante la segunda mitad del siglo XX y puso las bases de la Guerra Fría.

El contenido exacto del protocolo no se conoció hasta que los aliados encontraron un microfilm en los archivos alemanes al final de la guerra, mientras la URSS no reconoció su existencia hasta 1989.

“Sé cuánto el pueblo alemán quiere al Fuehrer. Por tanto, me gustaría beber a su salud”, señaló Stalin en su brindis tras la ceremonia de la firma.

En los dos años siguientes, la URSS instaló gobiernos-marionetas en los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y ocupó Besarabia, además de iniciar una guerra con Finlandia, a la que arrebató Karelia. Además, mientras los tanques alemanes entraban en Varsovia, las tropas soviéticas ocupaban el Este de Polonia y ejecutaban a oficiales polacos.

Al tiempo que la nueva historiografía rusa justifica el pacto, los historiadores occidentales, incluido los alemanes, lo condenan al considerar que Stalin, desesperado por evitar la guerra, dio alas al Tercer Reich para hacer realidad el sueño de ampliar su “espacio vital”.

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