El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó en febrero de este año una proposición no de ley del PSOE en defensa de la abolición de la prostitución. La iniciativa contó con el voto favorable de PP e IU, que se desmarcó de Podemos. La formación morada, Ciudadanos y PNV se abstuvieron. En los programas electorales de las pasadas elecciones, los de Pedro Sánchez, Pablo Casado y Pablo Iglesias fijaron definitivamente su posicionamiento al respecto. En el caso del PSOE, en la línea de la propuesta presentada en la Cámara Baja, se asume el compromiso de impulsar medidas encaminadas a la erradicación, incluyendo una Ley integral contra la trata con fines de explotación sexual, “para sancionar penalmente a quienes contribuyan o se beneficien de la prostitución ajena, sancionando la demanda y la compra de prostitución”. Unidas Podemos también incluye una referencia explícita y plantea “erradicar la trata y la explotación sexual o reproductiva”. El PP es menos concreto. En el programa electoral expresa la voluntad de reforzar “la lucha contra la explotación sexual en nuestros municipios” y apoyar “la cooperación con las entidades que ayudan a rescatar personas de la explotación sexual”.
Por el contrario, Ciudadanos presentó en marzo el decálogo de “feminismo liberal” que recogía, entre otras propuestas, la regulación de la prostitución para “perseguir a las mafias que cosifican a las mujeres”. Vox no incluye ni una sola línea sobre el asunto en las 100 medidas para la España Viva. Sin respuesta al ser consultados, cabe recordar que en 2015 rechazó dar pasos para la legalización. Sin embargo, este verano, el líder andaluz, Francisco Serrano, protagonizó una agria polémica al asegurar que “la relación más segura entre un hombre y una mujer, será únicamente a través de la prostitución”, tras conocer la sentencia de La Manada.
