La República Checa detectó el pasado mes de septiembre una mutación del virus SARS-CoV-2, que no se sabe aún si tiene que ver con la nueva cepa registrada en el Reino Unido, pero que podría explicar el fuerte impacto de la segunda oleada de la pandemia en el país centroeuropeo.
"No sé exactamente qué mutación se propaga en Gran Bretaña, pero nosotros en septiembre descubrimos una nueva variante del SARS-CoV-2 en varios brotes en Praga", asegura Helena Jirincová, jefa del Laboratorio Nacional de Referencia, en declaraciones que publica hoy el diario Pravo.
"En varios lugares de la República Checa, sobre todo en Praga y Bohemia central, y sin ninguna conexión entre estos casos, han surgido nuevas variantes del coronavirus", afirmó esta bióloga molecular.
"Esta mutación puede cambiar la diferenciación antigénica de esta variante del virus, y en un cambio significativo desde el punto del vista de su estructura superficial", añadió.
Esto podría explicar, señala, que algunos pacientes que se curaron de la covid, volvieron a contraer la enfermedad.
El país centroeuropeo superó relativamente bien la primera oleada de la pandemia, pero fue uno de los más afectados durante la segunda oleada, y durante varias semanas tuvo los índices de contagios más altos de la Unión Europea (UE).
"La mutación observada significa una pequeño cambio en la proteína 'spike' y es probable que no tenga influencia en la eficacia de la vacuna", señaló Pavel Plevka, director del grupo de investigación CEITEC.
Según Plevka, esto es válido también para "mutaciones más agresivas del virus", como la detectada en Gran Bretaña.
Sin embargo, la mutación no debería disminuir la eficacia de la vacuna
La República Checa anunció que cancelará desde hoy al mediodía, debido al brote de la nueva cepa del virus, las conexiones aéreas con Gran Bretaña, como han hecho ya otros países de la UE.