F.E.R., el vecino de Pechina (Almería) acusado de un delito de homicidio consumado después de que acabara con la vida de un hostelero de una conocida cafetería de la barriada de El Zapillo de la capital almeriense, ha aceptado cinco años de prisión tras haber reconocido que golpeó en la cabeza hasta la muerte a su víctima con un cerrojo de metal en el transcurso de una pelea.
El acuerdo alcanzado entre las partes se ha hecho público en sala de manera previa al inicio del acto de juicio con jurado, que estaba previsto para esta semana y para el que tan solo se habían seleccionado a los miembros del jurado popular. De este modo, el jurado ha quedado disuelto y exento de pronunciar un veredicto ante la formulación del mencionado acuerdo entre la Fiscalía, la defensa y la acusación particular.
Fuentes jurídicas han indicado que al acusado se le ha aplicado la atenuante muy cualificada de reparación de daño para fijar la sentencia, declarada en firme. Así, ha sido condenado al pago de unos 60.000 euros en dos plazos en concepto de indemnización a los familiares de la víctima tras haber asumido los hechos relatados por la Fiscalía, que en su calificación provisional interesaba 12 años de prisión por el crimen.
En concreto, los hechos tuvieron lugar el 27 de enero de 2015 cuando el acusado y el dueño de la cafetería mantuvieron una pelea mientras negociaban el traspaso-venta de otro negocio hostelero. El condenado y la víctima iniciaron sobre las 16,00 horas una pelea en el domicilio del primero, en Pechina, en el transcurso de la que ambos se "golpearon mutuamente".
Así, en un momento de la riña, F.E.R. cogió un cerrojo de metal con el que golpeó presuntamente a su oponente "hasta 18 veces en la cabeza", además de "en otras partes del cuerpo". A continuación, el condenado, "con una navaja, le efectuó un corte en el cuello", lo que causó la muerte "inmediata" de la víctima "mediante múltiples traumatismos craneoencefálico y herida por arma blanca".
Hasta el momento, el imputado siempre ha alegado que actuó en "legítima defensa" y en una "pelea a vida o muerte", de forma que en el transcurso del "forcejeo" que se habría producido en las "escaleras que conducían al sótano-garaje", la víctima "abrió una navaja y le acometió con ella".
