Miles de hipotecados han decidido tratar de cambiar sus préstamos de tipo variable a fijo desde que en julio pasado empezó a subir el precio del dinero en la eurozona, al ser una opción que aporta certeza y estabilidad pero que en muchos casos cuesta dinero.
En concreto, tanto si el cambio de condiciones se realiza con la misma entidad (novación) como si es con otra diferente (subrogación) el cliente tendrá que pagar una comisión, que varía en función de cada banco y que la actual ley hipotecaria limita al 0,15 % del importe del préstamo en sus tres primeros años de vida.
Para una hipoteca de 150.000 euros, esto equivaldría a unos 225 euros como máximo.
Los expertos recomiendan tener precaución, hacer números y tener en cuenta que las hipotecas son préstamos a muy largo plazo, de hasta 30 años, periodo en el que los tipos pueden subir y bajar varias veces, al ritmo que marque la inflación y la economía de cada momento.
Mientras, la época de los tipos fijos "baratos", de hasta el 2 %, parece haber llegado a su fin y algunas entidades dicen constatar desde hace "semanas" que ciertos clientes se interesan de nuevo por los tipos variables y prefieren negociar con el banco una rebaja en el diferencial (el interés que se suma al euríbor para calcular la cuota).
Este diferencial suele variar en función de la vinculación de cada cliente, es decir, de los productos que tengan contratados, como seguros o fondos de inversión, con oscilaciones que pueden ir desde apenas un cuarto de punto -en algunas hipotecas concedidas hace años- hasta superar los tres puntos porcentuales.
EL EURÍBOR MÁS ALTO EN UNA DÉCADA
Las premonitorias subidas registradas en los últimos meses por el euríbor, el interés al que los bancos se prestan dinero entre ellos y también el principal indicador que fija el precio final de las hipotecas, también han espoleado a los hipotecados a plantearse cambiar de tipo de interés o incluso de banco.
El indicador, que llevaba 6 años en negativo, cerró agosto en el 1,242 %, su nivel más alto en una década, lo que significa que las hipotecas variables que se actualicen utilizando ese índice se incrementarán en torno a 1.400 euros anuales si el préstamo es de 150.000 euros a 25 años y con un diferencial del euríbor más el 1 %.
Si el préstamo es de 300.000 euros con las mismas condiciones, la cuota de 1.064 euros pasaría a 1.300 euros después de la revisión, lo que supondrá una subida de unos 2.800 euros al año, más que suficiente para alarmar a cientos de miles de ciudadanos endeudados, ya castigados por la elevada inflación y la incertidumbre macroeconómica.
La escalada de los precios, agigantada por la guerra en Ucrania y todas sus derivadas, asusta, pero podría no ser para tanto, según algunos expertos consultados, que recuerdan que es imposible predecir cuánto va a durar esta situación ni cuál será la cuantía de las próximas subidas de tipos.
NUEVA SUBIDA DE TIPOS DEL BCE
De momento, la entidad europea ha optado este jueves por elevar de nuevo los tipos de interés, pero esta vez un 0,75 %, la mayor subida de la historia de la eurozona, con lo que el precio del dinero está ya en el 1,25 % con objeto de enfriar la inflación, lo que sin duda dará lugar a una nueva oleada de revisiones de préstamos.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a cierre de junio 14.412 préstamos hipotecarios habían cambiado sus condiciones en los registros de la propiedad, un 48 % menos que un año antes, aunque un 5,4 % más que el mes anterior.
De todos estos cambios, 3.253 estuvieron relacionados exclusivamente con los tipos de interés, y la mayor parte fueron para pasar de variable a fijo, ya que estos últimos aumentaron a 1.623 desde los 750 que había antes del cambio, mientras los 2.452 variables recorrieron el camino inverso y pasaron a 1.556.
Tras la modificación de condiciones, el interés medio de los préstamos en las hipotecas a tipo fijo disminuye, por regla general, 1 punto porcentual y el de las hipotecas a tipo variable baja 0,4 puntos, añaden los datos.
Según el Banco de España, de los 6.527 créditos para la adquisición de vivienda contratados hasta finales de julio, 1.331 se referenciaron a tipo fijo puro, una cantidad que ha ido creciendo muy poco a poco en los últimos meses y que aún se encuentra muy por debajo de los 4.313 préstamos contratados con un tipo de interés variable.
La OCU explica que casi todas las entidades están subiendo los tipos de interés fijos que ofrecen y están bajando tanto los tipos iniciales como los diferenciales que aplican en las hipotecas a tipo variable, lo que indica que la banca cree que los tipos subirán más de lo previsto antes de que empezara la guerra en Ucrania, por lo que la rentabilidad obtenida de los fijos sería menor.