Es difícil hablar de otra cosa en un día como hoy que del resultado de las elecciones municipales y autonómicas y de la nueva convocatoria electoral para una fecha en que sin duda habrá muchos españoles de vacaciones y que no parece la más apropiada en principio. Aunque, por otro lado, tras unas votaciones como las que hemos vivido, no hay duda que lo mejor es que los españoles se pronuncien de nuevo.
No puedo dejar de decir que los resultados de Bildu me producen una enorme tristeza. Con el cariño inmenso que profeso a ese pueblo no puedo entender cómo han ido evolucionado hacia unos resultados como esos con personas condenadas por delitos de sangre en las listas de unas candidaturas que se presentan triunfantes y que deberían ser eliminadas de un país que se respete, de verdad, a sí mismo y que sea tan grande como el vasco.
Pero es que se viene a la mente, en todo caso, algunas de las leyes que ha ido aprobando este Gobierno, que le han hecho un flaco favor y que sin duda son insostenibles en cualquier situación. Por supuesto y por ejemplo la reforma del delito de sedición, que se torna en más grave con los espantosos casos de la compra de votos. Pensábamos que ya no veríamos algunas cosas que recuerdan al caciquismo del XIX, pero de nuevo las contemplamos por doquier. Encima se convocan en mitad de una huelga de los funcionarios de la Administración de Justicia que está siendo manejada de forma incomprensible y que no sabemos si puede afectar decisivamente al proceso electoral.
Y en ese maremágnum legislativo que en mi opinión ha sido absolutamente desastroso, con reformas como la ley denominada del “solo sí es sí”, nos encontramos con esa Ley de Vivienda que creo parte de premisas y bases insostenibles y que puede ser una catástrofe para este país. La Ley tiene incorrecciones técnicas y plantea problemas absurdos. Por ejemplo cuando se habla de gran tenedor por ser propietario de 5 viviendas no se aclara si basta tener una participación en una para que cuente, de forma que quien tenga un 10% en 5 casas aunque sólo tenga media en total, no se sabe realmente si cumple ese criterio. O sobre todo con las sociedades de gananciales, que en el Registro constan como una sola titularidad y que pueden llevar a muchos matrimonios a hacer una separación de bienes que nunca han querido. Con los resultados electorales la Ley puede quedar en papel mojado en gran parte, pero no entiendo imposiciones a los propietarios en caso de que los inquilinos estén en “situaciones vulnerabilidad”. Si hay personas de verdad en esa situación deben ser ayudadas en la forma que nos impliquemos todos y no disponiendo de la propiedad de personas concretas que no pueden ver vulnerados sus derechos de esa forma.
