El pasado miércoles fue 14 de febrero, y este año no puedo ocultar más mi amor por ti. Han sido décadas de silencio, pero tengo que decírtelo, lo nuestro no fue un amor a primera vista es un amor vital, pues solo el pasear mi cuerpo por el tuyo supone la mayor de las curas para mí tensionado corazón. No voy a decir que nuestra relación haya sido idílica, porque no es así, a veces tus malos vientos hacen que me ponga los pelos en punta, al no comprender como puedes ser tan agresiva contigo misma, pero sigo enamorado y lo seguiré hasta mi último suspiro. No es fácil quererte cuando algunos de tu entorno, se propone fastidiarme y tirar por el suelo mi habitual buen carácter. Es muy doloroso ver que de tu germen pueda brotar inconscientes vítores para aquellos que se saltan las normas, que luego ocultan sus vergüenzas cuando se dan cuenta de lo que han hecho, con la mentira o el llanto. A pesar de esos desafortunados momentos, la mayoría de ti lucha cada día para mejorar, así lleva más de veinte años cuando dijeron que mal vivían de lo ilícito, pero entre todos supimos cambiar la imagen, sin maquillajes ni máscara, con trabajo y honradez.
El destino maldito ha querido que en nuestra casa hayan entrado unos asesinos para acabar con la vida de dos trabajadores de la justicia, y nuevamente vuelven a aparecer los de dentro de siempre y los de fuera, para señalarte de nuevo como un lugar que brota de la mala simiente. Lo triste no es sólo que sea falso, lo triste es que sean los tuyos quien afirmen o se revuelvan de rabia porque de todo esto salga algún político afín herido o algún político rival beneficiado. Qué pena ser así, cuando lo único importante es volver resurgir, limpiar, y brillar, todos juntos como siempre, sin miedos.
Te amo, Barbate. Lo que ha pasado esta semana es de una dureza terrible, para las familias de los guardias civiles que se han ido, lo peor. Pero también ha sido una bofetada para mi pueblo, que vuelve a ver como algunos quieren volver a colocarnos el San Benito de un lugar que vive de la droga. Barbate ha vivido, vive y vivirá de la buena gente que habita en sus calles y en sus plazas, los que más han trabajado, mientras esperaban la ayuda de las administraciones que nunca llegan, para huir de esa imagen que dejó atrás hace muchos años. No vamos a volver a permitir que se nos vuelvan a colocar esa imagen, ni por el dolor de nadie, ni por la desidia ni el derrotismo de algún mal intencionado medio de comunicación, ni por supuesto por el alma enferma de los profesionales de la idiotez que navegan por las redes. El día de los enamorados, es tu día, sí estoy enamorado de alguien, es de mi pueblo, de la inmensa mayoría de su gente, de sus calles y de sus sueños, que ojalá alguien, de una vez, haga que se conviertan en realidad.
El viernes nos arrancaron el fruto de 20 años de trabajo, profesionales que brillan en el mundo del cine, la música, la medicina, el deporte, emprendedores que triunfan, la referencia gastronómica de nuestros restaurantes, el paraíso natural donde vivimos, la diversidad de las actividades culturales, un trabajo de muchos años arrebatado por unas horas, pero Barbate, volverá a levantarse porque si algo tiene mi pueblo es fuerza para superar los malos momentos. Barbate, te quiero.