Sin embargo, otras despedidas se perciben, si no de manera dulce, porque casi siempre tendemos a acomodarnos y hacer nuestro el espacio que ocupamos, y no suele gustarnos poner fin a las cosas, como una evolución, un paso más, una necesidad, o incluso una imposición o una elección necesaria.
Uno de ellos es el caso de éste que será mi último espacio con ustedes. Un espacio lleno de sines, espero que no marcado necesariamente por mis carencias, que también puede ser, en un intento de dar unidad a un artículo, un privilegio para mí, que me ha acompañado por espacio de más de un centenar de semanas y más de dos años de mi vida. Sin color, amor, sentido, privilegios, imagen, desperdicio, vergüenza, fe, paciencia, luces, miedo,… Sin ideas, Pepa, confusión, debate, dignidad, doblez, Sin tres, sin música, sin compromiso, gripe, ganas, flores, fiesta…
Ha sido un verdadero privilegio, insisto, y a menudo un ejercicio de catarsis, compartir estas líneas en Viva Jerez, y confidencias, comentarios y gustos y disgustos por ahí, en nuestros encuentros. Cuando la flamante nueva directora, Eva Nicasio, me propuso en el otoño de 2006 esta pequeña tribuna desconocía dónde nos llevaría este camino que termina sólo de manera transitoria aquí, porque nos seguiremos encontrando. Es como de mentirijillas, una despedida sin, con truco.