Según nos cuenta Fernando Martín Martín en el catálogo de la exposición, “el conjunto de obras reunidas es el resultado del trabajo efectuado de una indagación sobre distintos temas u o sesiones que a lo largo de su trayectoria han configurado un mundo singular dentro de una clave lingüística personal, que tiene prioritariamente en el dibujo su más clara forma de expresión, sin que ello suponga, antes al contrario, el desdén por otras prácticas, como la pintura, el gouache, o incluso la cerámica, tal y como se evidencia en esta muestra. Independientemente de las distintas técnicas empleadas, aunque determinantes en su consecuencia plástica, la obra de Sergio Pavón está impregnada por un sentido fantástico y surreal que responde a lo que podríamos calificar de “Ars Combinatoria”, es decir a una manera de representar la realidad, como una osmosis compleja y plural de seres y naturalezas prodigiosas en su entidad y argumento. De este modo se nos presenta un catálogo de convergencias inverosímiles, y por tanto maravillosas, entendiendo este calificativo como asombroso, pero con suficientes indicaciones como para ser interpretadas y deducir su intencionalidad inicial”.
Para Martín, “la serie de tintas y gouaches sobre papel cuadrado, tomado de simples hojas de calendario –“Aricia Agestis”, “Pyropterus Nigroruber”, “Cordulia Aenea” o “Decticus Verrucivorus”- se nos ofrece como un curioso muestrario o taxominia fabulosa de convivencia entre antrópodos y diminutos personajes, bien en relación amable o amenazante, obras en las que se hace patente la facilidad y dominio del autor en la aplicación de la aguada, puesta al servicio de una visualización onírica. Los gouaches son igualmente la original nómina de personajes – “Tatoo”, “Strongest”, “Trueno”- representados de medio cuerpo y frontalmente en compañías de epigrafías alrededor de la figura con un propósito de explición didáctica por parte del artista sevillano, en su deseo de mostrar las dirversas entidades existentes en lo que podría calificarse de “comedia humana” y el papel asumido en ella”.
Con especial cualificación formal y de concepto, describe Martín, se encuentra el corpus del dibujo, en donde se manifiesta la ambigua contingencia del ser humano con la tecnología y su incierto devenir, en el que el progreso tecnológico, representado en la mayoría de los casos por piezas mecánicas de extraordinario engranaje, se erigen como turbadoras metáforas: “Flora Futura”, “Abducción TV”, “Bambú”, o la bella composición denominada “Futura Colection”.
Siguiendo la línea temática anterior, continúa la explicación de Martín, la persistencia hacia lo paradójico y extraña imbricación humano-mecánica, constituyen otro grupo de piezas donde el sarcasmo formalmente expresionista y con evidente elementos quiméricos, describen una realidad absurda y misteriosa no exenta a veces de humor. Atendiendo a esto, cabría destacar algunas composiciones que tienen como protagonistas una iconografía femenina e infantil con apariencia de menina: “Pequeña Infanta con osito mecánico” o “Mi pequeño satélite”, obras que nos remiten a un acontecer temporal próximo en el que el artefacto robótico se convierte en imprescindible objeto lúdico, acompañante silencioso de recreo. Otras veces lo fantástico hace acto de presencia a través de insólitos vehículos con carcasa de animal – “Rinomóvil”, “Monomóbile”- conducidos por grotescos conductores portadores de catalejos invertidos a modo de gafas, imágenes que cuando hacen pensar en los ingeniosos y extravagantes medios de locomoción de algunos personajes del Bosco actualizado. No obstante, el más perturbador transporte es el arácnido metálico con dos niñas entregadas a su azarosa “Juego de Pelotas”, imagen que en cierto modo enlazas con las inquietantes “Siamesas” cuya dualidad patológica no sé porque traen al pensamiento la celebre aparición de la famosa película “El Resplandor” dirigida por Stanley Kubrick.
Martín destaca, por su especial relevancia estética, la obra “Sueños de Papel”, transposición onírica en la que se representa una niña en el interior de una maleta abierta, que ingrávidamente navega por encima de un abrupto paisaje montañoso salpicado de arboleda. El tratamiento de papiroflexia plástica y lo esquemático de la vegetación representada, acentúa el contraste con el resto de la figuración, incidiendo en lo paradójico del argumento como alegoría de un inicial periplo hacia un futuro incierto.
Creaciones notables, son también las esculturas cerámicas que Pavón vuelve a realizar como una parte más de su quehacer artístico, esta vez evocando distintas etnias en forma de cabezas ladeadas y los ojos cerrados bajo el título genérico de “Durmientes”, azteca, ibero, medieval, oriental, a excepción de la estilizada y barbada cabeza del profeta Ezequiel concebida a modo de máscara. Cerámicas que nos remiten a una tradición casi perdida en el medio plástico contemporáneo, que se sitúa entre lo popular y el trabajo artesano, casi siempre dentro de un ámbito estético ingenuo perteneciente a una galería de personajes que se expresan entre la comicidad y la ironía. En este sentido hay que señalar que la practica de la escultura cerámica del artista sevillano, se inscribe dentro de una recuperación que tiene sus antecedentes en la labor efectuada en la década de los ’70 por autores como María Manrique o Francisco Cortijo, entre otros.
“Un detenido examen sobre estas Investigaciones de Campo, nos descubre la coherencia de su polifacético trabajo, inscrito dentro de un universo visionario propio, donde el realismo antropomorfo heredero de ilustraciones y dibujantes como el excelente Grandville, se enlaza con un refinado espíritu crítico, en el que asociaciones imposibles, mutaciones imprevisibles o situaciones desconcertantes, se convierten en fascinante sugerencia para la mirada del espectador a la par que una invitación a reflexionar sobre la relación entre el arte y el modo vigente”, concluye la explicación de Martín sobre la exposición.
La muestra permanecerá abierta hasta el 28 de julio. Sergio Pavón (Sevilla, 1976). Licenciado en Bellas Artes, desde hace unos años expone su obra en galerías (Haurie, Nuevoarte, o Belganboxer, entre otras) y ferias de arte contemporáneo (Arco’10, Iberarte en Zaragoza o ArteSevilla) . Centrándose principalmente en el dibujo y la pintura, y examinando el mundo que le rodea a través de un prisma surreal y onírico, pretende no sólo enfatizar (simbólica e inquietantemente) sobre un tema, sino que además, su intención es hacer que el público se divierta y extraiga sus propias conclusiones.