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Sábado 18/05/2024  

Estimado Antonio Jesús:

Dijiste que no ibas a consentir la venta de Apemsa, pero algunos aún seguimos esperando una explicación por tu parte a ese cambio de dirección.

El experimento de la Prisión de Stanford, llevado a cabo en 1971 por el Doctor en Psicología Phillip Zimbardo, pretendía analizar las conductas humanas según un rol asignado. De esta forma, Zimbardo solicitó la ayuda de una serie de voluntarios a los que se les pagaba una cantidad de dinero diaria, y que eran clasificados entre “guardias” y “presos” según un sorteo.

Los “presos” fueron detenidos en público por los “guardias” usando métodos policiales. De ahí, pasaron a una prisión creada en los sótanos de la propia Universidad de Stanford equipada de cámaras y micrófonos ocultos, agrupando a los “presos” en grupos de tres por celda.

Los “guardias” eran obligados a ejercer su rol con gafas oscuras –para evitar cualquier tipo de contacto o empatía con los encarcelados- y tenían la prohibición expresa de hacer uso de la fuerza o la violencia.

Zimbardo había programado el experimento para quince días, pero al llegar al sexto tuvo que cancelarlo. El nivel de asunción de los roles había sido de tal envergadura, que los “presos” llegaron a sentir una dependencia absoluta de sus carceleros.

Por otra parte, los “guardias” mostraron el lado más siniestro de su cometido llegando a vejar, insultar y humillar a los custodiados. El psicólogo concluyó que el ser humano es capaz de adaptarse al papel que le toque desempeñar y que la impunidad es muy peligrosa si va amparada por el poder.

Y a ti te ha tocado en suerte el rol de ser el causante de todos los males que afligen a nuestra ciudad. Tuviste la suerte de hacerte necesario en tu primer pacto de gobierno allá por 2007 y eso te dio la posibilidad de convertirte en la segunda fuerza política en las últimas elecciones municipales.

Es cierto que se te otorga en los mentideros el sambenito de tu “horrible gestión al frente de Vivienda”, sobre todo en las redes sociales en las que sabes tan bien apoyarte, pero considero que la coyuntura económica y financiera que te ha tocado no ha sido la más idónea.

Se de muy buena tinta que te has desvivido por solucionar la papeleta de las familias que entregaron un dinero a cuenta y que después no consiguieron el crédito en el Banco. Aun así, tiendo a pensar que la ciudadanía en general no opina de manera tan contundente sobre tus aciertos y fracasos, pero en mayo sabremos si tu partido es capaz de mantener el voto de tus simpatizantes.

Es verdad que dijiste que no ibas a consentir la venta de Apemsa (hay vídeos que lo atestiguan), pero algunos aún seguimos esperando una explicación por tu parte a ese cambio de dirección. Puede que te parapetes en la necesidad de llenar las arcas municipales para atender los múltiples gastos que genera la ciudad, pero nobleza obliga y a mí me gusta que se hable claro.

Si se dan argumentos convincentes, no hay por qué temer. ¿Conviene o es necesario vender Apemsa? Véndase, pero sin pensar que el portuense otorga un voto comodín. Este asunto, junto con el de la Zona Naranja o la Ordenanza de Vivienda, ha hecho que la opinión de la calle sea estricta contigo.

Eres consciente de que el gobierno de la ciudad está sustentado en tus apoyos –y esa es la democracia-, pero de vez en cuando hay que cantar las cuarenta en mitad de la plaza del pueblo. El Puerto ha pasado por etapas de desgobierno municipal y eso ha hecho mella en la imagen que se tiene de ti. Ahora das el paso atrás en la representación municipal después de meses de deliberaciones en lo político y en lo familiar, y se te podrán echar muchas cosas en cara, pero yo tengo muy claro que trabajas por El Puerto y que nuestra ciudad te apasiona.

Algo tendrás cuando tus compañeros de partido, a nivel nacional, confían en ti como secretario general y más que posible candidato a la Junta de Andalucía. Tuyo afectísimo.

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