Vaya palabrejas se están empleando para definir el panorama político! Lo mismo podemos ver escrito volatilidad que evanescencia. No son palabras aptas para el gran público sino que nos acercamos -como cuando la Junta de Clasificación y Censura daba nota a las películas durante el franquismo- a la calificación de “para mayores, con reparos”. Los especialistas en demoscopia, sociología y política quieren que nos encontremos con ellas cuando nos topamos con las mil encuestas que oímos vemos o leemos cada vez que nos ponemos ante un medio de comunicación.
Al final lo que se pretende decir es que la situación no es nada fija. Volátil es igual que mudable o inconstante. Es como el pájaro que está quieto y cuando te acercas sale volando. No hay manera de fijarlo, porque vuela, es volátil. De la misma forma que evanescente es la realidad que la crees sabida y conocida y se esfuma y queda desvanecida delante de nosotros como una sombra.
La verdadera razón del empleo de esas palabras es la propia inseguridad que desprenden las encuestas y los encuestadores, sencillamente porque es la misma incertidumbre que acompaña a los encuestados. Nadie sabe lo que va a pasar y ¡ahora! empezamos finalmente a comprender lo que sucede…Han pasado tantas cosas y tan gordas que las encuestas están llenas por igual de rencor, deseo de cambio, esperanza y sed de venganza, de afán de reinicio, de aversión y de ilusión. De todo, menos de reposo y reflexión. Son los signos de los tiempos.
Todas las dudas se despejarán en muy poco tiempo. Los andaluces podremos opinar los primeros, pero los demás –con nosotros de nuevo- nos seguirán dos meses más tarde y seguiremos votando…hasta que concluya el año. Los gobiernos cogidos por los pelos, en minoría y con pactos, estarán a la orden del día. Las mayorías absolutas en la mayor parte de los sitios pasarán durante unos años a la historia. La impresión generalizada es que nada será como antes sino que el pan político se tendrá que ganar cada día. Las frases de moda surgen unas detrás de otras: “El mapa político está muy fluido”. Nunca la política había estado más asimilada a la química: fluidos, volátiles, evanescentes… como los productos que componen el spray que se emplea ahora en los campos de futbol para marcar la raya en las barreras ante las porterías y que desaparecen al minuto de ser pintadas y sin hacer daño al césped. Como las encuestas de las que estamos hablando. Tan evanescentes como los sprays.
