El CD Ronda se presentó ante su afición el pasado domingo en su segundo partido de liga. Le tocó bailar con la más fea en un día que para los jugadores y el cuerpo técnico era emotivo al pisar por primera vez este año una Ciudad Deportiva con más de 500 aficionados.
Entendemos que este partido no puede servirnos para medir al equipo de Martín pues el rival que visitó nuestra ciudad es un firme candidato para los puestos de ascenso y tiene una plantilla repleta de jugadores experimentados  que cuajaron una gran actuación aprovechándose del nerviosismo y el corto rodaje de los nuestros.
Está claro que desde el primero al último jugador rondeño que saltó al campo quiso darlo todo para agradar a su afición y disfrutar de un partido que para muchos era el primero en casa en tercera división, pero no hubo color. El Martos es de otra liga, de habernos visitado al final de la primera vuelta quizás la lectura fuera otra, pero la realidad es que a pesar de la ambición del técnico local de jugarle de tú a tú a un grande, de querer sacar la pelota jugada, de adelantar la defensa para presionar arriba, los jiennenses hicieron lo que quisieron y nos recordó al Linares de la temporada pasada que le endosó  4 goles a los rondeños antes del minuto 20 del primer tiempo.
La mejor lectura puede ser la voluntad y la predisposición del equipo y el comportamiento de la grada que no se impacientó y entendió perfectamente que el CD Ronda está en pretemporada y con una plantilla en formación.
El gol local lo materializó Manu Racero en el 42.