Saber leer, motor del futuro

Publicado: 19/06/2017
El colegio Misioneras Cruzadas pone en marcha 1Apadrina un lector’, una que promueve avanzar en habilidades intelectuales como la competencia crítica
Aprender a leer con soltura y destreza es la base de una buena formación académica y cultural.  De esta premisa nace la campaña a ‘Apadrina un lector’ que ha puesto en marcha el colegio Misioneras Cruzadas de Málaga. Este centro escolar, enclavado en el distrito Palma–Palmilla, ha incorporado a su disciplina curricular la metodología Progrentis, que aúna por un lado una atención  ‘on line’ y por otro se financia mediante el padrinazgo de los alumnos, ya sea por parte de instituciones o empresas. “La lectura es la base del resto de áreas y materias y es la que peor sale avalorada en los indicadores educativos”, explica el director del colegio, José Miguel Santos. Por esta razón, adoptaron esta iniciativa que promueve avanzar en las habilidades de comprensión, velocidad lectora así como la competencia crítica o la mejora en la destreza de las habilidades digitales, entre otras.

Desde que pusieron en marcha este plan a principios de junio, ya han conseguido el amparo de 40 padrinos. La clave es conseguir un número de amparadores múltiplos de 25 (el ratio de alumnos por aula) para conseguir clases enteras de alumnos apadrinados y así no hacer distinciones.

El compromiso de padrinazgo abarca cuatro años de forma que no se interrumpa el proceso de aprendizaje. Para los particulares que quieran unirse a esta iniciativa existe el correo electrónico colegiomisionerasmalaga@gmail.com. Desde el colegio, con todos los interesados que se hayan puesto en contacto mostrando su voluntad de ayudar, pretenden hacer una visita guiada para que conozcan de primeras la realidad a la que se enfrentan cada día estos alumnos.

Tal y como explican desde el centro,   el 45 por cierto del alumnado es de etnia gitana, entre el 10 y 15 por ciento son inmigrantes y el resto “payos o castellanos, como dicen por aquí”, apuntan con un tono afable. “Sabemos que las circunstancias en el barrio son complicadas  y es difícil superarlas, por eso adoptamos planes más atractivos a los tradicionales para favorecer la asistencia a clase”, explica el director. Estas iniciativas alternativas han hecho que universidades de Dinamarca o México, y también la de Málaga,  hayan mostrado su interés.

El volumen de necesidad en el colegio es tan grande que instituciones de la ciudad ya han extendido su mano para ayudar. Es el caso de la Agrupación de Cofradías, que ayuda en la mejora de las infraestructuras del centro, Cáritas o la Fundación del Carnaval, que se encargó de adquirir una partida de iPads para las aulas.

Este colegio, que vio la luz en el año 1973, ha dado desde su fundación apoyo a niños y jóvenes en exclusión social y tienen muy claro que quieren hacer de ellos “ciudadanos de primera, agentes de cambio en la sociedad que les toca vivir, comenzando por el entorno más cercano: su propia familia y barriada”, explican. n

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