La delegada de Personal, María José González, cree que detrás de las reivindicaciones del grupo de policías hay un motivo más político que laboral, para asegurar haberse sentido “sorprendida” por las movilizaciones porque no entiende los motivos reales, y señalar que existe un proceso de diálogo abierto con la Policía. Es más, afirma que el actual equipo de Gobierno no ha escatimado en gastos para dotar al cuerpo de mejores vehículos, ropa, etilómetro, unidad canina y otros medios. Sin embargo, considera que el escollo de sus relaciones está en la cuestión económica después del convenio de los 3.000 euros anuales que perciben los policías por su disponibilidad para cubrir los cambios de turno o servicios y trabajar seis días al año de forma extraordinaria.
Fue el equipo de Gobierno -explica la delegada- el único que dio legalidad al convenio de disponibilidad al contar con los votos en contra del resto de grupos en el Pleno, ya que considera que la Policía, por sus características, es el único que puede percibir el pago de horas extraordinarias, entre otros motivos porque la plantilla no se puede sustituir en un caso de urgencia. Sin embargo, el sector movilizado de la Policía intentaría que esos 3.000 euros anuales se lleven al complemento específico, una medida que, según la delegada, crearía agravios respecto al resto de la plantilla municipal como una subida salarial encubierta. González Peña cree que esa medida, además de ilegal, sería inmoral.
Asimismo, alude a la próxima RPT para ajustar la plantilla a las necesidades reales del municipio; una medida que no se puede poner en marcha ante la imposibilidad por ahora de aprobar el Presupuesto. Sin embargo, el grupo de policías manifestados no habría querido trabajar horas extraordinarias desde enero pasado, de ahí que el equipo Gobierno se haya visto obligado a contratar puntualmente servicios de seguridad privada para cubrir fiestas como la cabalgata de Reyes. La delegada se pregunta por qué las movilizaciones que no se produjeron en la anterior etapa de gobierno y, ahora, en la antesala de unas elecciones.
