El borrador de la Agenda Urbana de la Bahía de Cádiz y Jerez, redactado por la Diputación, advierte de “una expansión urbanística emanando en un crecimiento de suelo no urbanizable descontrolado” que ha fomentado la “dispersión territorial”, especialmente en Chiclana y El Puerto, con un 18,56% y un 9,38% de su población residente en diseminados.
Ello, según el diagnóstico elaborado por la institución provincial, se ha debido “tanto por el atraso generalizado en la aprobación o actualización de los documentos de planificación urbana, como a la lentitud de la ejecución de expedientes de demolición o derribo de edificaciones en situación irregular o incluso por la presencia de diversos factores históricos, sociales, económicos o sociológicos que han derivado en la concentración de actividades productivas en suelo no urbanizable debido a sus beneficios económicos (comerciales, terciarias, inmobiliarias y, sobre todo, turísticas y vacacionales”.
Con respecto a estas últimas, el documento, alerta del “incremento de construcciones prefabricadas en el litoral, que ejercen una fuerte presión sobre espacios protegidos y de alto valor ecológico”.
Ante esto, el borrador plantea “potenciar la vigilancia urbanística”. “Los procesos de ocupación irregular han de ser frenados”, remarca. Para eliminar la tendencia, propone, además de estas acciones de control e inspección, “reconducir a la legalidad” de los suelos ocupados cuyas condiciones urbanísticas y ambientales son incompatibles con un modelo de ordenación sostenible y eficiente en coordinación entre los ayuntamientos.
El documento, que asimismo, pone el foco sobre la turistificación, especialmente en la capital gaditana, apuesta por modelos urbanos de ciudad compacta para evitar invadir nuevos espacios, impedir un impacto mayor en el medio natural y abaratar los costes e impactos en la prestación de servicios públicos como el transporte o la recogida de residuos.
En este sentido, considera como modelo a seguir el de la ciudad de los quince minutos, que promueva que la mayoría de las necesidades y servicios se encuentren a distancias caminables o bicicletas menores a ese tiempo.
Para conseguirlo, recomienda el impulso de planes municipales de accesibilidad, de movilidad urbana sostenible y de vivienda y suelo, así como el establecimiento de zonas de bajas emisiones.
