El teniente de alcaldesa de Patrimonio en el Ayuntamiento de Cádiz, José Blas Fernández, hizo entrega ayer del estudio previo para la rehabilitación del Baluarte de Santa Elena y su conversión en el futuro Museo de Arte Cofrade a los miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, que preside Martín José García. Este nuevo trámite se acordó en la Junta de Gobierno Local de hace un par de semanas. Ahora, los representantes de las hermandades y cofradías gaditanas podrán estudiar el documento urbanístico y presentar sus sugerencias, tal y como adelantó en su momento la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez.
Este compromiso municipal comenzó tras la Semana Santa de 2011, después de que el Ayuntamiento recuperase el Baluarte de Santa Elena, que se había convertido en un almacén de vehículos. La propuesta del Consistorio se llevó al Pleno de hermanos mayores, según Martín José, donde se aprobó el uso de ese equipamiento y su conversión en Museo de Arte Cofrade. A partir de ahí se encargó a los técnicos municipales que elaborasen el estudio previo que desemboque en un futuro próximo en el proyecto de adaptación de las bóvedas. La intención es que el Museo albergue parte del patrimonio de las cofradías, de manera que puedan exponerse con carácter permanente. En un primer momento la distribución de espacios incluye una recepción, almacén y tienda, sala de conferencias, administración, aseos, instalaciones y salas expositivas.
La edificación sobre la cual se pretende intervenir se encuentra dentro de un entorno BIC (Bien de Interés Cultural). Esa edificación se encuentra incluida dentro del Catálogo de Edificios Protegidos del PGOU con grado Cero.
El estudio previo incluye que se trata de una obra de reforma y adecuación al uso. Además de las necesarias obras de mantenimiento y consolidación, se plantean una serie de trabajos de reforma destinados a adecuar el conjunto de las bóvedas al futuro Museo. Las actuaciones son tanto interiores como exteriores, a nivel de planta sótano y baja.
Cuestiones técnicas
El Baluarte dispone de ocho espacios abovedados con una superficie total construida de 1.238 metros cuadrados, y unos 725 metros cuadrados útiles. Se trata de un edificio de muros de carga y techos abovedados. Las bóvedas son atravesadas por un pasillo central.
Con la intervención se pretende la eliminación de todos los elementos perturbadores de la realidad patrimonial, histórica y artística, dotar a la edificación de una lógica arquitectónica organizativa y compositiva, recuperar los valores funcionales originales y adaptar la construcción a la actual normativa, entre otras acciones.
El estudio previo incluye el tratamiento del antiguo Patio de Acceso, que en su origen fue Parque de Artillería del Baluarte, así como se realizarán intervenciones en el interior que permitan el uso de grandes espacios abovedados, así como la reorganización de los huecos interiores, que permitan una circulación accesible del visitante.