Ya existía la taberna Casa Labra en la calle Tetuán de Madrid. Posiblemente ya la frecuentaba D. Pablo Iglesias Posse, pero aquel 16 de Julio de 1871, festividad de la Virgen del Carmen, la fiesta y la noticia estaba en la Isla. Antonio Carmona el Gordito famoso torero, iba a inaugurar un recinto - que nació con una agenesia o disminución física, al faltarle un elemento tan útil, como sabio, testigo de arte y miedo, cual es el callejón de una plaza de toros - en fecha del 16 de julio de 1871, ante la afición taurina de la Isla de León.
El dos de mayo es una fecha siempre significativa en la vida de nuestra nación y el del año 1879, nos trae el recuerdo de una reunión más o menos clandestina en la mencionada taberna Casa Labra. 25 personas, 16 tipógrafos, cuatro médicos, un doctor en ciencias, dos joyeros, un marmolista y un zapatero, se reúnen para fundar el más antiguo de los partidos obreros, el PSOE, solo superado por el Partido Social Demócrata de Alemania. Su cabeza visible Pablo Iglesias, conocía muy bien lo que en si encerraba la pobreza y la miseria. Su madre se vio obligada a pedir limosna por Madrid, mientras el ingresaba en el Hospicio de San Fernando de la capital. Luego tuvo pedestal y busto, que fue destruido en 1939, pero los que llevaron a cabo aquel derribo, conservaron bajo tierra, completa, su cabeza, que finalmente fue desenterrada en 1979 y llevada a la sede del partido en la calle Ferraz. Tenemos que aprender, antes de destruir, a respetar la valía de las personas y la calidad escultural de los monumentos que le representan. Es mejor la caricia que la piqueta, aunque no coincidan los modos de pensar.
Supera en ocho años la historia de nuestra plaza de toros a este acontecimiento político referido. Desde circo hasta cine, pasando por veladas de boxeo o “lucha libre” han sido múltiples los usos dados a la misma, pero siempre el espectáculo principal fue las corridas de toros. Nombrar todos los toreros importantes que han actuado en ella no es posible. Desde Cayetano Ordoñez niño de la Palma a Francisco Ruiz Miguel, pero sobre todo a uno de los mejores toreros del mundo de la tauromaquia: Rafael Ortega. Cargar la suerte y estoquear como él lo hacía, escasamente se ha visto.
El Partido Socialista gobierna en La Isla y además con una mujer por primera vez al frente de la Alcaldía. Se moderniza la Plaza de Toros. Quiere ser centro multiusos, La Empresa Albero Eventos 1871, se hace cargo de festejos y celebraciones. Ya está inaugurada, pero relacionándolo con la pandemia, nos quedamos sin espectáculo taurino el día de la Virgen de Carmen, 150 años después. La corriente antitaurina se propone vencer. Ya en años previos al acudir a la plaza de Toros, había que soportar las voces agudas y mal encontradas de grupos, que proferían frases que es mejor no describir, con el argumento de su defensa a ultranza de los animales, algo considerado muy loable en la actualidad, pero no nuevo, ni original. Acepto la oposición de estos grupos a la fiesta, pero se pierden la alegría que hubiera producido en sus abuelos, internos en una Residencia de mayores, el que hubieran ido por ellos y haberlos llevado a ver la corrida de esa tarde. El entusiasmo de su conversación hablando de los toreros de su época y quizás también relatando que alguna vez dieron un lance a un eral en el antiguo matadero de nuestra Isla, hubiera sido un recuerdo, más sensible con más encanto y ternura, que los gritos de desprestigio hacia algo que no se conoce bien. No quisiera que el albero de nuestra Plaza de Toros quedará solamente para soportar mesas cargadas con viandas.
El mejor Partido político, el que obra con más sinceridad y mayor entrega a su población, es aquel que mantiene, sin apartarse de una evolución continuada, la sociedad tradicional, cuya gente responsable, siempre estará en condiciones de absorber, cualquier situación innovadora que se presente. Las corridas de toros tienen que volver. Y contar con la presencia de nuestra primera edil, porque es un espectáculo querido y admirado por una gran parte de la sociedad isleña y ella es la Alcaldesa de todos.
Hemos admitido y refrendado una ley, cuya finalidad es la supresión de la vida humana en curso gestacional, porque la mayoría, e incluso se ha dicho la libertad y el progreso de los tiempos, la exigen. No llevemos a cabo con la fiesta de los toros, acciones tendentes a su extinción, porque solo conseguiremos hacerla resurgir con más fuerza y vitalidad, como le ocurrió al busto de aquel gran hombre de Partido y Estado, que fue Pablo Iglesias Posse.
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