Los manifestantes antigubernamentales mantuvieron ayer su desafió al Gobierno de Tailandia, con la ocupación un día más los dos aeropuertos de Bangkok pese a otra advertencia de la Policía y la explosión de una granada que causó 52 heridos en la sede gubernamental que controlan desde agosto pasado.
El ataque ocurrió unas horas antes de que la Policía emitiera el último de los tres avisos que advirtió haría a los partidarios de la Alianza del Pueblo para la Democracia para que desalojen los dos aeropuertos capitalinos.
Los manifestantes, que desde agosto están acampados en el Palacio gubernamental, asaltaron esta semana el moderno aeropuerto internacional de Suvarnabhumi y el viejo aeródromo de Don Muang, con la finalidad de forzar la renuncia del primer ministro tailandés, Somchai Songsawat, y de su Ejecutivo.
La explosión se produjo mientras la mayoría de los manifestantes descansaban bajo las tiendas de campaña y carpas instaladas en el recinto oficial, y fueron seguidas de otras tres en diferentes lugares de la capital tailandesa.
Según los testigos, la granada fue arrojada desde el exterior y cayó sobre el techo de una de las tiendas donde duermen los seguidores de la Alianza a unos 300 metros de la entrada principal de la sede gubernamental.
“Los manifestantes han vuelto a sus posiciones, no están asustados”, declaro al Canal 3 de la televisión tailandesa Suriyasai Katasila, uno de los cabecillas de las protestas que comenzaron hace seis meses y arreciaron el pasado agosto.
La Alianza, un grupo heterogéneo integrado por tailandeses de clase media, políticos conservadores y monárquicos que cuenta con el respaldo de parte del estamento militar, indicó que la granada, al parecer del tipo M-79 que emplea el Ejército, causó 50 heridos, dos muy graves.
Menos de media hora después, se produjeron otras dos explosiones en una zona que alberga las instalaciones de la cadena privada de televisión ASTV, que mantiene una postura crítica con el Gobierno y que desde hace una semanas es protegida por varias decenas de manifestantes.
Estas dos explosiones, fueron seguidas después de otra junto a un control de la Alianza en la entrada de la terminal de pasajeros del aeropuerto de Don Muang, a unos 30 kilómetros al norte de Bangkok, y que causó cuatro heridos.
Los españoles aguardan la llegada de los tres aviones para volver a casa
La Embajada de España en Tailandia comunicó ayer a los turistas españoles perjudicados por el cierre de los dos aeropuertos de Bangkok que serán repatriados, probablemente a partir de hoy, en tres aviones fletados por el Gobierno español.
Casi un centenar de españoles se congregaron en la embajada española para exigir una solución a su situación, que dura desde el miércoles pasado cuando los manifestantes asaltaron el moderno aeropuerto de Suvarnabhumi y el viejo de Don Muang, ambos en Bangkok, para forzar la caída del Ejecutivo tailandés.
El embajador español en Tailandia, Juan Manuel López Nadal, les informó de la medida aprobada por el Gobierno español para que sean repatriados lo antes posible desde la base militar de U-Tapao, a unos 140 kilómetros al este de Bangkok, la capital.
“El Gobierno español ha decidido montar un dispositivo para que puedan volver a casa todos los españoles afectados”.
Ayer despegaron de la base militar de Torrejón tres aviones hacia Tailandia con la subsecretaria del Ministerio de Exteriores, María Jesús Figa, a bordo.