La citada estructura es una especie de cúpula gigante, que se colocaría sobre las fugas a través de las cuales se derrama ahora el petróleo al mar, como consecuencia de la explosión el pasado día 20 y posterior hundimiento de la plataforma de la que BP era concesionaria.
El petróleo se acumularía dentro de la citada cúpula y se bombearía posteriormente fuera de ella evitando así el vertido directo en el mar.
Por su parte, el secretario del Interior de EEUU, Ken Salazar, dijo ayer que podrían ser necesarios tres meses para lograr lo que describió como la "solución definitiva" en el vertido de petróleo.
Esa solución implica la construcción de un pozo alternativo a través del que se inyectaría un líquido más pesado que el petróleo que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo a la superficie.
Hasta que eso se logre, explicó hoy Salazar en declaraciones a la cadena de televisión estadounidense NBC, "un montón de petróleo podría seguir fluyendo".
OBAMA VISITA LA ZONA
El presidente de EEUU, Barack Obama, visitó ayer Luisiana para ser testigo del impacto del vertido de crudo en el golfo de México, que amenaza con convertirse en la peor catástrofe ecológica en del país.
Los críticos aducen que la Casa Blanca no ha reaccionado con suficiente celeridad. No falta quien considera que el vertido puede convertirse en el Katrina de Obama, en referencia al huracán que asólo Nueva Orleans y golpeó la popularidad de Bush.