El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, bajo una acuciante presión para que solvente el caos causado por las protestas, anunció ayer que había dado la orden de desalojar a los manifestantes de una de las áreas de Bangkok que ocupan para forzar la caída del Gobierno.

Antes de mantener una reunión de urgencia con su Gabinete y jefes militares, Vejjajiva también advirtió de que la expulsión de los llamados camisas rojas de la zona adyacente al hospital público Chulalongkorn, contempla el empleo de la fuerza, y es un paso del plan diseñado por el Gobierno para afrontar la crisis política.

“Lo que a partir de ahora va a hacer el Gobierno quizá entrañe el riesgo de enfrentamientos y pérdidas, pero sabe lo que hace. Lo que hay que hacer, se va a hacer”, destacó el jefe del Ejecutivo.

Decenas de enfermos fueron evacuados el pasado viernes de este hospital, uno de los mayores de la capital, a raíz de que unos 200 manifestantes irrumpieran el interior con el pretexto de que los soldados se ocultaban en el recinto, lo cual resultó ser falso.