Mejorar la noche del sábado de Carnaval es una de las intenciones de la Delegación de Fiestas para este año. Y se pretende lograrlo con actuaciones de las mejores agrupaciones que hayan pasado por el Falla, repartidas por el mismo teatro, la plaza de San Antonio tras el pregón de Javier Ruibal y en el barrio de La Viña. Hay que felicitar al Ayuntamiento por tomar estas medidas. Por fin han caído en la cuenta en la Delegación de Fiestas que el Carnaval, el primer fin de semana y el sábado especialmente, se había convertido en un macrobotellón convocado para todos tipo de personajes que sólo pisan la ciudad para emborracharse y mearse en sus calles. Negarlo es no haber salido ningún sábado de Carnaval de los últimos diez años. El nivel al que se llegó especialmente hace dos años requería de una actuación urgente para atajar el problema. El Carnaval de Cádiz se desvirtúa, como ocurre con las Fallas de Valencia o los Sanfermines de Pamplona. Pero hay mejores ejemplos, y quizá se deberían seguir las pautas de otras ciudades.
En cualquier caso, las medidas anunciadas por el Ayuntamiento deben acompañarse de algo más. Hoy no se puede prohibir la entrada a la ciudad a quienes llegan para disfrutar de la fiesta, pero no hay que perder de vista que La Viña, por ejemplo, un sábado de Carnaval lo que es complicado encontrar es un aficionado. De hecho, para las agrupaciones que actúen allí el sábado será un verdadero problema hallar seguidores de sus coplas o, que simplemente, sepan seguirlas. Sí, es positivo que el Ayuntamiento haga por fin algo por mejorar la fiesta para que deje de ser un macrobotellón al que está llamados todos, pero al que vienen demasiados indeseables con ganas de hacer en Cádiz lo que no hacen en sus ciudades. Pero también hay que recordar que la oposición ha dado la voz de alarma hace tiempo y los medios mucho antes. Una parte importante de la imagen del Carnaval de Cádiz se ha visto perjudicada por la falta de celo con la que se ha tratado la fiesta en la calle.