Las autoridades neozelandesas reorientaron ayer las tareas de rescate hacia la localización de cadáveres.
Las autoridades neozelandesas reorientaron ayer las tareas de rescate hacia la localización de cadáveres tras descartar que existan supervivientes debajo de los escombros de los edificios derruidos por el seísmo que sacudió la ciudad de Christchurch, el pasado 22 de febrero.
“Desafortunadamente, y dado el tiempo transcurrido, ha llegado el momento de centrar los esfuerzos en la recuperación de cadáveres”, dijo el jefe de Protección Civil, John Hamilton, en conferencia de prensa.
La Policía, a su vez, reveló las identidades de los primeros extranjeros muertos a causa del terremoto: dos jóvenes de nacionalidad israelí.
El seísmo arrancó la vida a cerca de un centenar de personas.