Un investigador analiza cómo repercuten opciones como la abstención, el voto en blanco o nulo mientras los candidatos continúan con sus agendas
Existe la falsa creencia de que los votos en blanco de unas elecciones van a parar al partido ganador. También suelen existir dudas sobre los votos nulos y la abstención. ¿A quién perjudica o beneficia estas opciones?¿Qué significado tienen?
“El voto en blanco es un voto válido, pero con él no se reparten escaños ni concejales”, explica para Viva Sevilla Braulio Gómez Fortes, investigador de la universidad de Edimburgo, experto en comportamiento electoral. Los votos en blanco entran a formar parte del cómputo global de votos, por lo que “si alguien que usa esta opción está pensando en demostrar su disconformidad con el funcionamiento de la democracia debe saber que su voto va a perjudicar fundamentalmente a los partidos pequeños y beneficiar a los grandes partidos, tradicionalmente PP y PSOE”, subraya el politólogo. Es decir, mientras más votos en blanco, más difícil será para los partidos pequeños conseguir representación y más engorda la cuenta de resultados de los grandes.
Abstención
En cambio, una baja participación puede facilitar las cosas a los partidos pequeños entrar en los ayuntamientos al ser menor el precio del primer concejal. Es decir, con una alta abstención, partidos como Partido Andalucista o UPyD tendrían más fácil obtener representación en el Consistorio sevillano.
“La abstención en zonas sociológicamente cercanas al PP, como Galicia, favorecen los intereses del PSOE”, explica Braulio Gómez. En territorios más próximos al PSOE, como en Andalucía, pasa al contrario.
Por último, el voto nulo, que puede ser el que lleva la papeleta con algo escrito, no se contabiliza. “Es lo mismo que no votar”, afirma Gómez