Así lo ha explicado la ministra de Defensa, Carme Chacón, tras una reunión con el Estado Mayor de la Defensa en la que se ha hecho balance del trabajo en Libia y se ha preparado el regreso de los miembros y de los medios de la misión española.
Chacón ha calificado de "ejemplar" y "determinante para el éxito de la operación" la participación de España, "siete meses que han dado frutos" en defensa de la población libia, a la que la Alianza Atlántica considera ya libre "de la amenaza que pesaba" sobre ella bajo el régimen de Muamar el Gadafi.
Ante la decisión de la OTAN de replegarse, que será confirmada este miércoles, los efectivos españoles volverán también a casa, aunque hasta el 31 de octubre en que concluye la misión permanecerán "alistados las 24 horas" por si fuera necesario su regreso a la zona.
La ministra, que hubiera deseado ver al dictador ante un tribunal internacional, ha expresado su deseo de que a partir de ahora las ansias de "bienestar y de libertad" del pueblo libio se hagan realidad cuanto antes "en una transición ordenada": con la convocatoria primero de elecciones, la formación de un parlamento de transición y la redacción de una constitución. Esta ha sido su respuesta preguntada por los tintes fundamentalista que puede adquirir el nuevo régimen.
Acerca del coste de la misión, la ministra ha asegurado que se quedará lejos del gasto máximo autorizado por las Cortes, que será en cualquier caso "mucho mayor", aunque no ha podido dar cifras porque la operación no ha concluido; se ha comprometido a darlas cuando las cuentas estén cerradas. Sí ha explicado las razones de ese menor coste, que son la austeridad aplicada por el Estado Mayor de la Defensa, los "menores esfuerzos" que la operación ha requerido y que esta ha sido dos meses más corta de lo previsto inicialmente.
REPLIEGUE EN UNA SEMANA
La OTAN se reúne mañana para hacer definitiva la decisión que tomaron el pasado viernes los países de la Alianza con sus socios en la región: poner fin a la operación militar el próximo 31 de octubre, de acuerdo con el Consejo Nacional de Transición libio y con Naciones Unidas.
La participación española, tanto por aire como por mar, ha tenido el "único objetivo" común a todos los miembros de la OTAN: proteger a la población libia para superar la etapa de "crimen, terror y asesinato" de la dictadura de Muamar el Gadafi. En total, unos 8.000 militares han trabajado en la zona, con 200 aviones sobrevolando Libia y una treintena de buques vigilando la costa para que se cumpliera el embargo de armas.
De todas las operaciones que se han llevado a cabo, según el Ministerio de Defensa, "sólo" el 30 por ciento se ha desarrollado en tierra para "neutralizar objetivos" y los dos tercios restantes se han centrado en hacer cumplir el embargo de armas y mantener la zona de exclusión aérea impuestos a Libia.
Chacón ha defendido el trabajo de los militares españoles y ha rechazado que haya recibido ninguna crítica por parte de sus socios de la Alianza. "Desde el principio trasladamos que nuestras capacidades para participar eran las que han sido", ha defendido la ministra, para reiterar que la OTAN "ha puesto en valor" la participación del país en la misión.
UNA FRAGATA, LA QUINTA PARTE DE INSPECCIONES POR MAR
De la aportación española a este despliegue militar internacional, Chacón ha destacado el trabajo de la fragata Álvaro de Bazán enviada a la costa libia y que "ha sido la responsable" de una quinta parte de todas las inspecciones llevadas a cabo para que ningún buque con destino a aquel país llevara armamento prohibido por el embargo.
Además, han participado cuatro cazas F-18 que han patrullado durante más de 1.500 horas (ya replegados); dos aviones de abastecimiento en vuelo que han realizado más de 250 salidas; un avión de vigilancia marítima con más de 700 horas de vuelo y un submarino con presencia permanente en la zona. Para todo ello, 60 militares encargados de las operaciones aéreas y 245 marinos de la fragata F-100 Álvaro de Bazán.
Carme Chacón ha reiterado el criterio de la OTAN de que el Consejo Nacional de Transición libio controla todo el territorio de su país, de ahí la posibilidad de la retirada, y que ahora tiene que ser la ONU la que "se ponga al frente, lidere y tenga el papel protagonista" de ayudar a los libios a "tomar el camino que les conduzca a un mejor futuro".