El Gobierno checo perdió ayer una moción de censura y tiene previsto presentar su dimisión hoy, sin que todavía esté claro quién sucederá al actual primer ministro, el conservador Mirek Topolanek.
Aunque las crisis políticas en países que ejercen la presidencia comunitaria no son nuevas, en este caso tiene una dimensión mucho más importante porque el Senado checo aún no ha ratificado el Tratado de Lisboa (es el único país, además de Irlanda, que todavía no ha refrendado el texto).
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, urgió ayer “a todos los líderes políticos del país a no tomar como rehén el Tratado de Lisboa de un conflicto de política interna”.
“Espero realmente que la situación nacional no ponga en dificultad el trabajo de todos los Veintisiete”, advirtió Barroso en una conferencia de prensa en la sede de la Eurocámara de Estrasburgo tras un debate sobre la última cumbre de la UE.
El viceprimer ministro checo, Alexandr Vondra, reconoció en ese mismo marco que la crisis política en su país “complica” la ratificación del Tratado y advirtió de que su aprobación en el Senado de Praga “no va a ser fácil”.
Para el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, la caída del Gobierno de Topolanek ha hecho la situación “más difícil”, pero confió en que el primer ministro “hará su trabajo” y permitirá que salga adelante el Tratado.
“Sería trágico para Europa que el Tratado fracasara”, subrayó Pöttering.
El propio Topolanek dijo anteriormente en un debate en el PE que la crisis de su Ejecutivo “no tendrá impacto” en la Presidencia comunitaria, y dijo que desplegará “todos los esfuerzos necesarios para cumplir” con sus “compromisos”.
Fuentes diplomáticas resaltaron ayer que la presidencia checa estaba siendo “débil” y con “poca credibilidad” ya antes de esta crisis, pero recalcaron que lo importante para la UE es sacar adelante el Tratado, que incluye una amplia reforma de las instituciones comunitarias.
En las últimas cumbres, añadieron las fuentes, al discutirse los planes irlandeses para un segundo referéndum de ratificación del Tratado se ha insistido repetidamente a los responsables checos en que ellos también debían ratificar el texto, en una alusión a sus escasos progresos.
El proceso en el Parlamento de Praga ha avanzado muy lentamente, ya que la Cámara Baja no lo aprobó hasta el 18 de febrero y el Senado aún no ha comenzado el debate, que se ha enredado con el futuro del plan de EEUU para ubicar elementos del escudo antimisiles en Polonia y Chequia.
TRATAN DE EVITAR QUE LE PEN PRESIDA LA SESIÓN INAUGURAL
Una gran parte del Parlamento Europeo (PE) se ha movilizado para tratar de evitar que el ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen presida, como miembro de mayor edad de la cámara, la sesión inaugural de la institución tras las elecciones europeas.
A la acción, liderada por los grupos Socialista y Verde, Le Pen ha respondido volviendo a calificar como un “detalle” de la Segunda Guerra Mundial las cámaras de gas utilizadas por el régimen nazi.
El polémico político francés, en una intervención en el pleno, se ha quejado de ser víctima de “acusaciones difamatorias” por parte del líder socialista, el alemán Martin Schulz.
Éste había expresado previamente su preocupación “por el hecho de que un negacionista del Holocausto pueda presidir la sesión inaugural del Parlamento Europeo”.
La polémica ha arrancado por la alta probabilidad de que Le Pen, de 81 años y que encabeza la candidatura a las elecciones europeas por el Frente Nacional (FN), se convierta en el eurodiputado de mayor edad y deba, según el reglamento de la Eurocámara, presidir el pleno constitutivo en julio.
Para impedirlo, socialistas y verdes quieren que se modifiquen las normas,como han dejado claro Schulz, el líder ecologista Daniel Cohn-Bendit.