El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, cree que el Gobierno central ya no tiene ninguna justificación para no transferir prisiones a Euskadi con ETA "en situación terminal". Además, ha acusado al delegado del Ejecutivo del PP en Euskadi, Carlos Urquijo, de hacer "un seguimiento casi inquisitorial" de las actuaciones de las instituciones vascas.

   En una entrevista concedida a Onda Vasca, recogida por Europa Press, Erkoreka ha afirmado que ha habido "una posición cerrada y sistemática" de los sucesivos Gobiernos centrales a transferir a Euskadi la competencia de Instituciones Penitenciarias, "que está expresamente recogida en el Estatuto y, por lo tanto, no hay motivo objetivo para negarse a llevarla a cabo".

   "En eso, tanto los Gobiernos socialistas como populares, han sido exactamente iguales, han mantenido una posición rotunda de negativa a esa transferencia", ha añadido.

   En este sentido, ha recordado que "históricamente se han defendido posiciones muy diferentes", como que "no era procedente porque la política penitenciaria tenía que estar conectada con la política antiterrorista y la gestión de ésta corresponde a las instituciones centrales del Estado", o como que "las instituciones vascas no ofrecían garantías de una actuación ecuánime y diligente en este ámbito y, en la medida en que generaban sospechas, no convenía hacer una transferencia a una institución que no era fiable", tal como se aseguraba "en la época de Aznar".

   Además, ha recordado que, en estos momentos, ETA "está en una situación terminal", ya que declaró el final de su actividad armada y "nadie vislumbra la posibilidad de que retome la actividad armada". "Por tanto, las razones que, en el pretérito, en términos hipotéticos, pudieran haber podido justificar una actitud cerrada del Gobierno central contraria a una transferencia que venía exigida por el ordenamiento jurídico, hoy no tiene ningún sentido", ha dicho.

   En esta línea, ha precisado que, "cuando ETA está a punto de desaparecer, la política antiterrorista ya tiene que cambiar de claves inevitablemente". "Pero en esto no han cambiado, y es un tema en el que el PSOE y el PP han sido como almas gemelas y han tenido exactamente la misma posición contraria", ha apuntado.

DELEGADO DEL GOBIERNO

   El portavoz del Gobierno vasco ha afirmado que la actitud del Ejecutivo central y de su delegado en Euskadi, Carlos Urquijo, "está llamando la atención por la excesiva contundencia que está manifestando en la impugnación de las actuaciones, no sólo del Gobierno vasco, sino de las diputaciones y ayuntamientos, porque hace un seguimiento casi inquisitorial de lo que se está llevando a cabo aquí por parte de las instituciones vascas".

   "En cualquier caso, nosotros hemos mantenido aquí siempre una actitud vigilante en relación con lo que el Gobierno central y sus instituciones dependientes, también las periféricas, hacen aquí en detrimento de  valores e intereses que tiene que defender el Gobierno vasco", ha apuntado.

   En este sentido, se ha referido a la actitud que Urquijo ha mantenido respecto a certificados emitidos en euskera y ha asegurado que "no es de recibo".

   Josu Erkoreka ha subrayado que "la legislación reguladora de la cooficialidad de las lenguas en Euskadi pone claramente de manifiesto que ambas lenguas oficiales pueden ser líbremente utilizadas en documentos oficiales y que desplegan plena validez y efectos jurídicos frente a todas las instituciones presentes en Euskadi, aunque no quizá frente a las instituciones centrales". "Pero, cuando las instituciones centrales tienen una delegación, frente a esa delegación sí", ha dicho.

   A su juicio, "no es, por tanto, comprensible que se adopte una actitud de cerrazón tan rotunda que, además supone un claro paso atrás porque, en el pasado, ese tipo de documentos sí han sido aceptados".

RELACIONES ENTRE GOBIERNO VASCO Y CENTRAL

   Josu Erkoreka ha subrayado que la comunicación entre el Ejecutivo de Iñigo Urkullu y el Gobierno de Mariano Rajoy "no es mala, pero es escasa y podría ser más intensiva".

   "No es mala porque, tanto en el terreno estrictamente bilateral entre los responsables de los diferentes departamentos, como más arriba, en la cúpula de ambos gobiernos, hay fluidez, comprensión y sintonía cuando se trata de abordar problemas compartidos o de responder a problemas perfectamente identificables relacionados con las infraestructuras o con el ámbito competencial respectivo", ha añadido.

   No obstante, ha indicado que "las gestiones no siempre fructifican y dan los resultados que a nosotros nos gustaría", y se debe a que "el Gobierno central quiere mantener buenas relaciones con el Gobierno vasco, no lo vamos a negar, pero no necesita apoyos de nadie porque goza de una mayoría absoluta plena en el Congreso de los Diputados y en el Senado".

   Por ello, ha indicado que "no subordina sus decisiones a la necesidad de ningún acuerdo y, por lo tanto, subordina el entendimiento, los consensos y los acuerdos que pueda alcanzar con nosotros a otras circunstancias y no a su supervivencia como Gobierno porque su quehacer cotidiano no depende de las mayorías o de los apoyos que nosotros podamos prestarle".

   "De ahí que la conexión y los puentes que tenemos tendidos sean fluidos y en comunicación cruzada, pero no arrojen los resultados que a nosotros nos gustaría", ha concluido.