Recuerdo que el presidente de Bolivia y “prestigioso científico” dijo: “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”.
Creo que casi todos hemos visto el vídeo de un diputado boliviano que, tras una fiesta navideña, viola a una mujer inconsciente en el salón de asambleas. El hecho fue recogido por las cámaras de seguridad. La mujer, que seguramente había bebido demasiado, se encontraba en una silla, el diputado la tumbó en el suelo, la violó y la volvió a sentar.
Desde luego, ninguna persona debería beber tanto como para llegar a encontrarse en esta situación, pero el diputado que no sufría “desviaciones en su ser de hombre” aprovechó la ocasión como el que roba una cartera al descuido por la calle. ¡Qué robaría este hombre en la Asamblea si se le pone en bandeja!
Esto demuestra que este representante del pueblo no tiene ni idea de lo que es el respeto a la dignidad humana. La dignidad se la tenemos que reconocer a todos nuestros semejantes y es la premisa para que podamos vivir en sociedad; que no nos van a arrebatar nuestros derechos como hombres, que todos tenemos un honor y no nos pueden humillar como se ha hecho con esta mujer. Y si alguien no lo respeta debería actuar la Justicia con todo su peso.