Manuel Andrés González dejará de ser alcalde de Lepe antes de que llegue el próximo mes de noviembre. Antes de ese plazo culminará el proceso que el actual alcalde inició antes de las pasadas elecciones municipales, cuando fue elegido parlamentario en la Junta de Andalucía por el Partido Popular.
De cara a las elecciones a la alcaldía Manuel Andrés González ubicó en un puesto preferente a Juan Manuel González, hasta entonces funcionario municipal. De no tener vinculación política conocida pasó a ser presidente local del PP en un año, y ahora es cuestión de tiempo que tome la vara de mando.
Los plazos se han modificado respecto a lo inicialmente previsto, por un daño colateral que nadie parecía haber previsto. La mano derecha hasta hace poco del alcalde, Pepi Cristo, era relegada de todas sus funciones a principios de julio. Por primera vez en la historia democrática de Lepe un concejal del equipo de gobierno servía sólo para levantar la mano en los plenos, con su sueldo relegado a 240 euros al mes. Todo tuvo su germen en la confianza que el alcalde depositó en Juan Manuel González, saltándose a la que le había asegurado el voto más modesto del pueblo (era teniente de alcalde de Servicios Sociales), y se inició una enemistad manifiesta entre ambos, que ella reduce al ámbito político y él prefiere no comentar.
Con todo, Cristo hizo público nada más irse que el alcalde se iría del cargo el pasado 16 de agosto, como todo el equipo de gobierno sabía, pero haberse ido ese día según sus planes habría sido darle al enemigo una ventaja -ahora, Pepi Cristo lo es-, y los plazos se han modificado.
Según ha podido saber Viva Huelva, la idea es meter la dimisión del alcalde en el orden del día del pleno ordinario del 30 de septiembre, e incluso hacer un pleno extraordinario para ello. Ahí, el alcalde hará oficial que dimite, y entonces se abrirá un periodo de interinidad, que culminará, salvo cambios, en un pleno extraordinario en octubre para el nombramiento de Juan Manuel González. Todo no es fruto de la casualidad, sino de la Justicia. En el PP desconfían de que el Tribunal Constitucional les apoye en su recurso para que los parlamentarios puedan ser alcaldes, y han decidido, en el caso de Lepe, ir un paso por delante. Hasta ahora, Manuel Andrés González ha mantenido una posición ambigua: “Haré lo mejor para Lepe”, ha sostenido siempre. Lo mejor para Lepe, según sus planes, será dejar la alcaldía para la que fue elegido por sus vecinos y dedicarse al Parlamento, donde, por cierto, su sueldo es en torno al doble. Por contra, renuncia a la posibilidad de dedicar parte de su tiempo a su bufete de abogados, que es incompatible con el cargo de parlamentario.
En caso de que el Constitucional se pronuncie, por cierto, en contra de su recurso, le creará un problema casero en Huelva al también presidente provincial del PP, ya que la alcaldesa de Valverde, Loles López, dijo el año pasado que ella seguiría como alcaldesa y se iría de la Junta. Otra cosa,o no, será lo que pase cuando llegue el momento.