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Todos a una

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 En vísperas de Santos y Difuntos, las agrupaciones del PSOE-A han ido aprobando, pía y disciplinadamente, sus delegaciones de cara al congreso regional extraordinario del 23 y 24 de noviembre en Granada: el cónclave que refrendará el liderazgo orgánico de la todopoderosa Susana Díaz, la blanca paloma elegida por el espíritu santo del aparato a la mayor gloria del sueño de la perpetuación. Desde que la dirección federal, en tiempos de Pepiño Blanco, decidiera prohibir a las agrupaciones locales cubrir con fondos propios las cuotas impagadas por la militancia, para así mantener peso específico en la organización y número de compromisarios a las citas congresuales, el volumen de afiliación en el Partido Socialista cayó en picado. 20.000 menos, en el conjunto estatal, desde el comienzo de la crisis. La merma en correligionarios afectó al PSOE jienense, como no podía ser de otro modo, que pasó de ser, en los mejores tiempos de los mandatos de López Carvajal y Zarrías Arévalo, la segunda delegación andaluza tras Sevilla (165 delegados al venidero congreso regional), a la cuarta (95) al echársele delante tanto Granada (104) como, por muy poca distancia, Málaga (98). La campaña de nuevas afiliaciones emprendida por Hurtado en pos de la tercera posición se  situó en algo menos de doscientas fichas por lo que las cosas quedan, en lo sustancial, como estaban.

El martes, o sea, mañana, en Ifeja, tiene lugar el último de los ocho congresos provinciales que celebran los socialistas andaluces en el proceso iniciado hacia el encumbramiento de la sustituta de José Antonio Griñán. Antes, este mismo fin de semana, en Madrid, se ha convocado la anunciada y socorrida Conferencia Política que definirá el proyecto del PSOE a diez años vista y que decidirá acerca de la posibilidad de que sea la militancia en su totalidad -más de 200.000 personas conforman hoy las bases de afiliación- la que elija, en voto directo y secreto, la identidad del cabeza de cartel para las próximas elecciones generales. La clave de la regeneración y el relanzamiento de la marca, pues, pasan unívocamente por esta serie de encuentros internos: Rubalcaba, dejando entrever que no se aferrará al sillón; el PSC, no menoscabando en mayor medida su autoridad; Felipe y Zapatero, demostrando que aún sienten la camiseta y que se la enfundan cuando la situación –de extrema necesidad- así lo requiere; y la flamante lideresa de la Junta, señalando que el camino del triunfo –como en 1980- empieza en Andalucía.


Paco Reyes, consciente de que las unanimidades presiden el momento histórico de su organización, ha decidido seguir a pie juntillas la hoja de ruta marcada por Susana. No cabe otra. Una delegación granítica, monolítica, que respalde a Díaz en el congreso regional extraordinario, daría paso a la consumación de los planes del secretario provincial en las delegaciones territoriales del Gobierno andaluz en Jaén. Es decir, la jefa, un portento en la preconcepción de los acontecimientos, estableció que la cita de Granada fuese justamente antes de completar la estructura periférica de la Junta en las distintas provincias. Que te portas bien y contribuyes a la pax en el seno del PSOE-A, hágase en mí según tu palabra, pero si, por el contrario, andas a la gresca porque no lograste el acomodo deseado en la nueva ejecutiva regional para algunos de tus ilustres caídos, o revividos –caso de Micaela-, entonces te hago un roto en casa con un equipo de delegados que atenderá tus demandas desde la más cordial indiferencia.


Reyes, en su jurisdicción, aspira legítimamente a controlarlo todo. Igual que Susana. Lealtad por lealtad. Así, los presupuestos de la Junta, por muy austeros y cicateros que fuesen, como los que acaban de presentarse para 2014, siempre serían los presupuestos del partido en Jaén, y como tales se defenderían desde cualquier institución o estamento controlado por la dirección provincial socialista. Mantenimiento de las políticas sociales y pequeños planes de empleo de emergencia, subrayaban Elena Víboras y Pura Gálvez, a cambio de repetir el soniquete de una escuálida retahíla de inversiones pendientes que sonroja al más forofo adepto: Autovía del Olivar, Museo Ibero y el -tantas veces reclamado- instituto de secundaria para el casco antiguo de la capital. Ahí los quiere ver Susana. Unidos en las duras. Todos a una. Una, que no es otra que ella misma.

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