La semana pasada realizábamos el balance del metro ligero de Granada desde su puesta en servicio hace cuatro meses. Han sido casi tres millones de viajeros que han valorado con una media de 7,9 puntos -sobre 10- su satisfacción sobre este nuevo modo de transporte metropolitano. No hay duda de que los granadinos están contentos y también reconocen positivamente cómo la ciudad de la Alhambra se ha transformado, mejorando tanto su paisaje urbano como la vida diaria de sus habitantes.
La pregunta que muchas personas se hacen después del éxito obtenido en la vecina Granada es por qué sigue todavía en dique seco el tranvía de Jaén. Los visitantes de la capital jiennense no salen de su asombro cuando observan una espléndida infraestructura viaria muerta y se les explica que aunque las vías y marquesinas están puestas y el tranvía llegó a realizar pruebas, sus vagones duermen el sueño de los justos en las cocheras desde el día en que hubo un cambio de color político en el Ayuntamiento de la ciudad.
Es cierto que en los años más duros de la crisis económica hubo proyectos que tuvieron que paralizarse, pero ahora que la situación extrema remite y la economía parece despertar de un largo letargo, estamos en mejores condiciones de continuar aquellas iniciativas que suponen un avance indiscutible para las ciudades y una mejora ostensible para la vida de las personas. Y desde el gobierno de Andalucía estamos convencidos de que la reactivación del tranvía es una de esas medidas necesarias para Jaén y para lograrlo merece la pena esforzarse, explicar, dialogar y acordar. Ese es el sentido de las diversas reuniones que estamos realizando con los colectivos y agentes sociales de la ciudad. No en vano la Unión Europea ha situado en la primera línea de su acción el eje transporte y energía con el objetivo de cambiar la forma de desplazarnos en los ámbitos urbanos y construir, así, ciudades más amables y habitables en las que se ponga fin al desmesurado protagonismo del coche. Ciudades con sistemas de transportes más sostenibles, menos contaminantes, más seguros, eficaces y beneficiosos para la salud como son los ferrocarriles urbanos y metropolitanos, operativos ya en las ciudades que están a la vanguardia en Europa, entre ellas las andaluzas Sevilla, Málaga, Granada y, próximamente, las de la Bahía de Cádiz.
Esas son las razones por las que en el mes de noviembre la Consejería de Fomento y Vivienda presentó de motu propio una propuesta de colaboración al Ayuntamiento de Jaén para ayudarle a financiar el coste de la explotación del servicio del tranvía, algo que, por otra parte, según el convenio firmado en su momento, el Ayuntamiento debía asumir en solitario. Es más, la Diputación Provincial también se sumó a ese esfuerzo para facilitar la digestión del déficit de la explotación al Ayuntamiento, pues todos los transportes públicos son deficitarios.
La fórmula propuesta implica que la Junta de Andalucía aportaría el 40% del déficit, la Diputación colaboraría en concepto de patrocinio publicitario con un 20% y el Ayuntamiento correría con otro 40%. Traducido a números, y según la estimación realizada por los técnicos de la Consejería, significaría una aportación municipal entre 520.000 y 750.000 €. Teniendo en cuenta que, por otro lado, el Ayuntamiento aumentaría la cantidad de la subvención que viene recibiendo del Estado para financiar el transporte colectivo urbano, la cifra final se reduciría en otros 170.000 € para el Ayuntamiento, hasta convertirla en una cantidad perfectamente encajable en su presupuesto.
Por tanto, se trata de una propuesta sensata, equilibrada, razonable y, sobre todo, asequible para el Ayuntamiento, que no debería buscar subterfugios esgrimiendo una supuesta deuda que no tiene ningún fundamento real. A día de hoy, la única deuda existente por el tranvía es la que mantiene el Ayuntamiento con la Junta tras pedirle ayuda financiera para la adquisición del material móvil. Lo demás son ganas de descarrilar la cooperación imprescindible de todas las administraciones para reactivar una infraestructura en la que ya se han invertido 12 0millones, beneficiosa para Jaén -la sexta ciudad de España con peor calidad del aire y, por tanto, con mayor riesgo para la salud de la población, según el informe de la OMS realizado en 2014- y necesaria para el avance de la provincia, algo por lo que está clamando la ciudadanía jiennense. Con la propuesta de colaboración realizada, la Junta de Andalucía ha dado un paso firme demostrando que la reactivación del tranvía es una verdadera prioridad.
Por su parte, el Ayuntamiento tendrá que asumir su responsabilidad y decidir si realmente apuesta y cree en el progreso de la ciudad. Esperemos que prime el interés de los jiennenses por encima de los intereses partidistas y entienda que sacrificar el tranvía por ahorrar costes, sería como parar el reloj para ahorrar tiempo. Estamos ante una oportunidad irrenunciable que tenemos la obligación de aprovechar para construir entre todos un futuro mejor para Jaén y un avance claro para la sociedad.