“Mi madre estuvo a punto de ser Poncia, pero no pudo y muchos años después, aquí está su hija para asumir el reto”, ha señado Lolita a los medios de comunicación. La actriz protagoniza ahora Poncia, una obra escrita y dirigida por Luis Luque, que toma como referencia el personaje de esta criada de La casa de Bernarda de Federico García Lorca. Un montaje que podrá verse este sábado en el Teatro Villamarta con las localidades agotadas.
“Tenemos una de las obras que más satisfacción me están dando a nivel personal. Tiene un texto maravilloso. Además, aprendí a amar a Lorca desde muy pequeña. Mi madre tenía las obras completas de Federico en su mesita de noche”, ha añadido Lolita.
Pese que Poncia lleva ya algunos meses de gira por los principales escenarios de nuestro país, la actriz ha confesado que, para ella, “todas las representaciones son un estreno”. Y ha resaltado una coincidencia que concurren en este proyecto artístico, puesto que “nos hemos juntado tres eles: Lorca, Luque y Lolita”. Sobre su personaje, ha indicado que le ha dado “un empoderamiento, un sentido de la justicia. A Poncia la interpreto desde la verdad de todos los sentimientos revueltos que tiene. Ella me ha recordado que las mujeres tenemos que ser libres para amar y no callar cuando hay que gritar o llorar”.
Con la muerte como telón de fondo, Lolita pone palabras a temas como la lucha de clases, la educación, el luto y la libertad. A diferencia del texto de que parte (La casa de Bernarda Alba de García Lorca), el director de este montaje no sigue un orden cronológico. La trama se inicia con una escena clave, cuando Poncia (la criada de la familia) descubre el suicidio de Adela, una de las hijas de Bernarda Alba. A partir de aquí se desencadenan toda una serie de retornos al pasado. La protagonista se arrepiente de no haber hecho nada para evitar la muerte de Adela y transmite ese sentimiento de culpa al espectador con la fuerza de una voz que ha sido maltratada y callada. De ahí que el alma de la criada se abra para insistir en la necesidad de transferir a los demás la idea de amarnos en libertad.
En la obra hay pasajes de La casa de Bernarda Alba -que forman su corpus central- pero también aparecen guiños a Doña Rosita la soltera y fragmentos de otros romances de Lorca. El objetivo del director era que esta revisión del clásico no fuera percibida como una continuación, sino como una mirada a la tragedia lorquiana desde otra perspectiva.
La idea de este espectáculo nace años después de que Miguel Narros, por entonces director del Teatro Español de Madrid, encargara un nuevo montaje de La casa de Bernarda Alba a José Carlos Plaza para el que propuso a Lola Flores para el personaje de Poncia.
La artista jerezana no pudo participar en este montaje y Luque, conocedor de este hecho, quiso releer la obra. “Vi el increíble material dramático que encerraba Poncia y llamé a Lolita Flores para proponerle que hiciera este personaje y que imaginara conmigo lo que ocurrió en esa casa después de la muerte de Adela”, ha informado el director. “Estoy sola en el escenario, pero estoy libre, al igual que Poncia”, ha comentado la actriz. Un personaje al que dice ponerle “todo el corazón”.
