El padre Bear asegura que ?es una muestra más de que Dios está entre nosotros?
Cientos de devotos se agolpan estos días frente al altar principal de la Catedral de Santa María la Coronada, en Gibraltar, para buscar entre las vetas del mármol lo que muchos aseguran es el rostro de Jesucristo. La imagen, según los fieles que procedentes del Peñón y en gran parte de la comarca del campo de Gibraltar, fue descubierta hace unos 10 días por un hombre, cuyos datos no quiere revelar, que fotografió el retablo y al ampliar la imagen comprobó cómo se distinguía el perfil de Jesús.
Desde entonces la noticia ha ido pasando de boca en boca, llegando a cruzar la frontera, y han sido miles de personas las que se han acercado curiosas a la Catedral. Sin duda el día que más visitas recibió el templo fue el pasado lunes, Festividad del Pilar, cuando se aprovechan las jornadas libres para cruzar a Gibraltar.
La Iglesia gibraltareña no ha querido realizar comentarios al respecto, asegurando el obispo, monseñor Charles Caruana, que no desea hacer conjeturas sobre este hecho. Tras la misa de las 11.00 horas de ayer, el padre Paul Bear departió con los fieles que se encontraban en la Catedral, quienes entre asombrados y emocionados, le preguntaban cómo era posible que el rostro de Jesús hubiera aparecido en la pared.
En declaraciones a EL FARO, Bear señaló que este hecho era “algo providencial, una muestra más de que Dios está entre nosotros y nos ama”.
Lógicamente también han sido muchos los escépticos que se han paseado estos días por los pasillos del templo gibraltareño, asegurando a su salida que todo es fruto de la imaginación y que lo único que se aprecia en el mármol es una mancha. Unos hablan de nuevas luces instaladas cerca del altar que otorgan reflejos al retablo, otros de humedad en un edificio antiguo y muchos, en su mayoría, de un hecho impensable para una sociedad del siglo XXI.
Una Virgen y una monja
Lo más sorprendente es que no se trataba de la primera vez que los devotos de Santa María la Coronada veían imágenes en el altar principal. De hecho muchos aprovechan la llegada de nuevos fieles para mostrarles cómo en la sección inferior de la zona donde aparece el rostro de Jesús, se puede apreciar una imagen de la Virgen, de perfil y con un manto largo.
Comentan a pie de altar que en ocasiones los rasgos se aprecian con mucha claridad y que incluso se puede ver que lleva un niño en brazos. Al otro lado de la cruz existente en el retablo, también se comenta estos días de la existencia de la imagen de una monja, que de perfil y con medio cuerpo extiende ambas manos hacia la imagen de Cristo.
Historias reales, simples suposiciones, ganas de creer, todo vale en esta historia que lo que realmente está consiguiendo es llenar la iglesia de creyentes con ganas de ver más allá.
¿Nos aferramos a la presencia de Dios?
La convulsión que se ha producido como consecuencia de unas supuestas imágenes de la cara de Cristo en el retablo del altar mayor de la Iglesia Catedral de Santa María La Coronada de Gibraltar, nos ha hecho meditar seriamente sobre la tendencia del ser humano a creer a pies juntillas en un hecho de cariz sobrenatural y que nos hace aferrarnos a la presencia de Dios de una forma que no deja lugar a dudas.
Desde que se ha difundido al público que la Faz de Cristo está palpable en el mármol situado a la derecha de la Cruz que preside el altar mayor de la catedral católica gibraltareña, se ha originado toda una peregrinación al interior del templo para poder ver in situ el hallazgo.
En estos tiempos revueltos y convulsos, de alta tecnología y de grandes necesidades, este acontecimiento confirma por sí solo que el ser humano está deseoso de que se produzca este tipo de hecho que en cierto modo ayuda a paliar muchos problemas y vicisitudes y a desviar hacia un plano más espiritual el trasiego diario plagado de tantas dificultades. Es una manera de aferrarse a la religión en esa búsqueda desesperada de alcanzar la protección divina para que abogue en la resolución de tantas necesidades terrenales como padecemos en todos los sentidos.
El hecho de cada cual interprete la supuesta imagen a su modo no le resta la menor importancia al acontecimiento ya que lo que se está poniendo en evidencia es una manifestación de fe, a menos por parte de la comunidad católica, y eso es innegable.
Con independencia del veredicto que los expertos concedan al asunto lo que ha quedado perfectamente claro es que la gente está deseosa de este tipo de “milagros” y el hecho lo corrobora que ya han pasado centenares de personas que han ofrecido su versión coincidiendo en que la Cara de Cristo está plasmada en el mármol. Las opiniones de los técnicos no van a menoscabar para nada el suceso que ya de por sí constituye la noticia del día en el Peñón.